Con los sismos de los meses y días recientes, uno rememora algunos eventos de su infancia. ¿Recuerdan cuando al grito de “no corro, no grito, no empujo” las maestras de la primaria nos sacaban a todos los alumnos al patio a ponernos en posición de seguridad? Muchos no entendíamos la dimensión ni lo que significaba un temblor. Algunos no vivimos sismo del 85 y solamente habíamos experimentado algunos movimientos telúricos más bien leves y casi casi sin consecuencias.

Los simulacros formaron parte de nuestra niñez y adolescencia. Actualmente, en algunas entidades con niveles altísimos de inseguridad y golpeadas por la violencia, estos ejercicios se siguen llevando a cabo, pero con nuevas directrices que retratan nuestra realidad.

El periódico local El Sur reportó que este lunes 19 de febrero maestros y alumnos de la primaria Antonio A. Guerrero, en Chilpancingo, Guerrero, realizaron un simulacro para prepararse en caso de que se suscitara una balacera en los alrededores del plantel. Los docentes le indicaron a los niños que deben tirarse al suelo y cubrirse la cabeza con los brazos en caso de que llegara a ocurrir un tiroteo cerca de los salones de clase.

Esta escuela, señaló el periódico, tuvo que reubicarse de manera temporal “en las instalaciones de la Feria de Navidad y Año Nuevo” debido a que su antiguo espacio resultó dañado por los sismos de septiembre. De acuerdo con los profesores, la zona donde se reubicó la primaria es un punto vulnerable en donde se cometen crímenes.

Realizan simulacro en primaria de Chilpancingo, Guerrero

Según el diario, la misión de los docentes es preparar a 579 alumnos que están inscritos en esa escuela para enfrentar alguna de estas eventualidades.

Tristemente, este no es el primer caso que se registra. Durante los últimos años y los meses más recientes hemos sido testigos de algunas postales que retratan la realidad violenta que se vive en algunos estados de México. A mediados de enero, una maestra de una escuela en Ciudad Obregón, Sonora, trató de calmar a sus estudiantes ante una balacera de verdad. La profesora le pidió a los niños que se pusieran pecho a tierra y comenzarán a cantar fingiendo que, en realidad, todo era un simulacro.

En octubre de 2017, Gabriel Regino, abogado y especialista en temas de seguridad, le dijo al portal Verne que las entidades con mayor índice de violencia deben incluir este tipo de simulacros debido a que aumenta la probabilidad de que ocurra un enfrentamiento cerca de las zonas escolares. “Estos ejercicios deben ir acompañados de un programa psicológico y pedagógico, pero deben hacerse equiparando, aunque pueda ser exagerado, como se hacen en las zonas sísmicas”, indicó el especialista en la entrevista. Por su parte, Rogelio Flores Morales, académico de la UNAM, consideró que las escuelas deben contar con un protocolo de seguridad ante balaceras como se tiene ante incendios o sismos.

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