Los feminicidios y la violencia de género podrían considerarse otra pandemia en México. Una crisis que lleva décadas instalada en la sociedad mexicana y que, como si no fuera suficientemente preocupante su mera existencia, día con día, año con año, los números de víctimas son mayores.
En este 2021, aunque casi treinta años han pasado desde que se encendieran las alertas por Ciudad Juárez, la problemática de violencia y de mujeres asesinadas sigue siendo un tema pendiente en nuestro país.
Durante el año pasado sucedió de nuevo: le arrebataron la vida a más de 10 mujeres. Cada día.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) el 2020 en México fue un año preocupante. En las estadísticas oficiales se registraron 967 víctimas de feminicidio y 2 mil 791 víctimas mujeres de homicidio doloso.
En total, en un solo año en México hubo 3 mil 758 mujeres asesinadas.
Seis entidades, además, concentraron más de la mitad de los feminicidios nacionales: el Estado de México (151), Veracruz (87), Jalisco (68), Ciudad de México (67), Nuevo León (67) y Puebla (54).
Detrás de esos números, que reflejan la magnitud del gigantesco problema, se esconde otra historia preocupante.
De todos los homicidios de mujeres en México, únicamente el 25% es catalogado como feminicidio. Esto quiere decir que, además de enfrentarse a la impunidad rampante de nuestro país, la mayoría de las víctimas no recibe ni las atenciones necesarias, ni las investigaciones requeridas —con perspectiva de género– para poder esclarecer su caso.
¿Y los feminicidios han ido en aumento?
El 2019 fue el año más violento en la historia reciente de México. Los primeros meses de 2020 continuaban con la misma preocupante tendencia hasta que llegó la emergencia sanitaria. Con millones de mexicanos reduciendo su movilidad, los delitos de alto impacto se redujeron… aunque no considerablemente.
Durante 2019 se registraron 3 mil 837 mujeres asesinadas en México.
A comparación, en 2020 se registraron, como mencionamos arriba, 3 mil 758 homicidios en total. Esa pequeña diferencia representa, apenas, una caída del 2%.
Las estadísticas, en casos como estos, sirven para comprender la magnitud de una preocupante realidad. Sirven para reconocer que estas violentas historias se repiten en todo el país y todos los días. Aunque algunos resultados positivos puedan encontrarse en las gráficas —o en las bases de datos oficiales— una cosa sigue siendo cierta: México es feminicida y la violencia de género es un gran pendiente para nuestro futuro.