Donald Trump fue electo como presidente de Estados Unidos el pasado 8 de noviembre en las elecciones presidenciales más cerradas y polémicas de las que se tenga registro en la historia estadounidense. El político republicano venció por una diferencia mínima en los votos electorales a la demócrata Hillary Clinton, aunque estrictamente fue superado por más de dos millones de votos populares. A la noticia de su triunfo le siguieron numerosas manifestaciones, expresiones de enojo y malestar por parte de un sector de la población estadounidense.
Nada en Trump ha cambiado desde que fue electo. Algunos especialistas señalaban que una vez seguro en la Casa Blanca, el empresario neoyorkino moderaría sus fuertes y drásticas propuestas de campaña. Se equivocaron. El muro, la deportación masiva de inmigrantes y sus amenazas en contra de las empresas que inviertan afuera de Estados Unidos han sido la tónica de su discurso desde su elección como presidente. La políticamente incorrecta manera de tuitear y defenderse a través de las redes sociales ha continuado el mismo rumbo (y si no pregúntenle a la actriz Meryl Streep).
En los 62 días que ha ostentado en el cargo de presidente electo, su comunicación pública se ha limitado a un par de reuniones con los medios de comunicación y ¡a tuitear como endemoniado!. El pasado 23 de noviembre, el magnate se reunió con reporteros de The New York Times, publicación a la cual acusó de ser pro-Hillary durante su periodo como candidato. Además sostuvo un encuentro con un grupo de 25 ejecutivos y conductores de diversas cadenas televisivas, acusando directamente a las cadenas NBC y CNN por utilizar imágenes desfavorecedoras.
¿Por qué debe importarnos la primera conferencia de Donald Trump?
En el caso mexicano, el presidente se comunica a través discursos en cadena nacional u ofrece conferencias de prensa sin aceptar preguntas de los reporteros (¿eso cuenta como una conferencia de prensa?). En Estados Unidos este ejercicio es cotidiano: el intercambio de cuestionamientos y respuestas entre comunicadores y el mandatario. “Cuando pasa demasiado tiempo entre ellas, hay presión de prensa para que se reanuden, y así se hace”, señala en una de sus columnas Esteban Illades, editor de la revista Nexos y colaborador de Sopitas.com.
“El pilar principal de una democracia funcional es la comunicación entre gobierno y gobernados”, asegura Illades . A la vez afirma que este diálogo es más importante en tiempos de crisis (**cof cof presidente Enrique Peña Nieto**): “cuando más urgente es entender qué sucede es cuando más urgente resulta que el gobierno explique y defienda sus acciones”. El pasado 3 de enero, el presidente electo de Estados Unidos llamó a los medios de comunicación a una conferencia de prensa en Nueva York, anunciada para este miércoles 11 de enero, aunque no especificó de qué se tratará.
Donald Trump ya había anunciado, y cancelado finalmente, una conferencia de prensa que tendría lugar el pasado 15 de diciembre, también en Nueva York. Se supone que explicaría cómo iba a apartarse de sus negocios privados una vez que llegara a la Casa Blanca y evitar los posibles conflictos de interés. El comportamiento hermético que el presidente electo ha tenido ante los medios ha provocado un debate interno en Estados Unidos. En especial después de que algunos expertos consideraran que la cerrazón del político republicano manda “un peligroso mensaje sobre la rendición de cuentas“.
¿Por qué le huye a la prensa?
De acuerdo con Byron York, colaborador de Fox News y corresponsal del sitio Washinton Examiner, la reticencia de Trump a dar conferencias de prensa se debe a las pifias que comete usualmente cuando es confrontado en un diálogo no arreglado. Como aquel episodio en el que exhortó a los rusos a hackear la campaña de Hillary Clinton. A pesar de que el ejercicio de sostener una sesión de preguntas y respuestas con el presidente pudiera parecer anticuado y molesto para algunos sectores, Frank Sesno, colaborador de CNN, indica que es una dinámica necesaria para mostrarle al mundo que el mandatario estadounidense es accesible, responsable y que busca “explicar, defender y convencer” su toma de decisiones.
La conferencia de prensa del próximo miércoles será la primera en que la el empresario neoyorkino se presente ante reporteros en un ambiente no controlado. Sus primeras reacciones, declaraciones y gestos, como presidente de Estados Unidos, ante los cuestionamientos de los periodistas podría ofrecer un acercamiento de cómo será su relación con los medios de comunicación y qué tan transparente será su administración.