Ayer, se llevaron a cabo las finales de Conferencia de la NFL. En el primer turno, San Francisco visitó a Atlanta, en busca del primer boleto al Super Bowl de New Orleans. Al final, los 49ers lograron la victoria 28-24, pero durante el encuentro, hubo uno de esos golpes que solo el futbol americano nos da.
Durante el primer cuarto (cuando dominaban los Halcones) Julio Jones, uno de los receptores de Atlanta, hizo lo posible por capturar un pase medio malo del QB, Matt Ryan, y lo hizo.
Se elevó, se estiró todo lo que pudo y se quedó con el ovoide, aunque al momento de caer… ¡¡¡TÓMALA!!! que se va a estampar contra un guardia de seguridad del estadio que le daba a la espalda al terreno de juego. De hecho, lo tumbó pegándole en las piernas y el guardia se fue a golpear en la espalda, quedando en el piso durante varios minutos.
Acá tienen el momento del OUCH!!!:
Ahí tienen. Eso pasa cuando un hombre de casi 100 kilos y de 1.90 de estatura te golpea cuando estás totalmente desprevenido.
Eventualmente, el guardia de seguridad se repuso del buen madrax que le golpazo Julio Jones.
Mientras tanto, a petición de nuestro ‘Top Comenter’ Oscar Flores, les compartimos la ‘venadeada’ en la Final de la Conferencia Americana, cuando Bernard Pollard, safety de los Cuervos de Baltimore, sembró a Stevan Ridley, corredor de los Patriotas de Nueva Inglaterra, quién tras quedar cual Pacquiao, terminó soltando la bola, convertiréndose en el primer intercambio de balón en un partido, que terminó por ver a los Cuervos exhibir de fea forma a Tom Brady y compañia…. ¡Kapow!
