Antes se creía que nuestro ancestro más viejo había habitado la tierra hace 120 mil años. Pero un estadounidense descubrió que hay uno todavía más viejo.
Albert Perry, un afro americano descubrió que el “Adán” genético no es el padre de los humanos, sino un ancestro de hace 340 mil años.
El descubrimiento lo logró luego de que una de las integrantes de su familia pidiera que realizara un árbol genealógico. Para ésto, Perry se sometió a una prueba de su ADN.
Generalmente, los científicos analizan el ADN para saber la relación que hay de una persona con otra. En el caso de los hombres rastrean el cromosoma Y hasta 140 mil años atrás. Pero con el ADN de Perry no pudieron encontrar su cromosoma en menos del tiempo que generalmente lo hacen.
El cromosoma Y de Perry es algo que jamás se había analizado.
Michael Hammer, un genetista de la Universidad de Arizona, estudió el cromosoma de Perry, luego de enterarse la noticia, y así descubrió que el cromosoma viene de un linaje, probablemente distinto, de hace 338 mil años.