Sabíamos que el agua, las sequías y las grandes ciudades eran algunas de las incógnitas más importantes que la humanidad tendría que resolver en el futuro, pero cada vez nos llegan más señales de que —como diría Dewey— el futuro es hoy. Ahora, las vemos en Nuevo León.
Especialmente porque esta semana declararon estado de emergencia por la crisis hídrica.
Estamos hablando del tema ahorita porque el gobierno de Nuevo León hizo el anuncio oficial en estas primeras semanas de 2022, pero las autoridades presentaron, además, un punto que no debemos perder de vista.
Según su publicación, este sería solo el inicio de la emergencia. Anticipan que la escasez de agua y las sequías en el estado sigan teniendo momento complicados durante todo el resto del año e incluso —acompañados de preocupantes proyecciones poblacionales— tienen la alerta puesta en la siguiente década.
Vamos a echarle un ojo a los datos que presentaron y por qué deben importarnos.
Emergencia de agua en Nuevo León
La razón de la declaración de emergencia por el agua en Nuevo León en este 2022 es, esencialmente, que el problema que acarrean “desde hace varios años”, como mencionaron en la publicación de alerta. Comentan que, debido a la sequía y la escasez de lluvias, sus presas no tienen el volumen mínimo para llegar al verano.
Andan rasguñando apenas el 44% del volumen en sus presas por lo que califican en la categoría de Sequía Extrema.
Todo esto se pone más complicado cuando recordamos que Nuevo León es semidesértico y que, como mencionan las autoridades estatales, desde 2015 a la fecha han tenido, año con año, las peores reservas del “vital líquido”.
Y ahora viene el futuro.
En su declaración de emergencia viene un detalle importantísimo: el efecto del cambio climático en el futuro del agua o las sequías en Nuevo León.
Consideraron que para 2030 —en menos de 10 años— las temperaturas en la región podrían aumentar hasta 2.5º C en promedio. A eso, lo acompañarían 27% menos lluvias de las que hay ahora. Y ya siguiéndole con el panorama oje… preocupante, dicen que habría un aumento poblacional de más de 5 millones de habitantes, en su mayoría, concentrados en Monterrey.
El chiste es que está canijo.
¿Qué va a hacer Nuevo León con el agua?
Ahí está el detalle. La declaración de emergencia por la crisis del agua en Nuevo León viene con una serie de medidas para conservarla. ¿Lo complicado? En su mayoría aplican para las casas o las viviendas de los regios.
Y no crean que es queja —después de todo, conservar el agua es un trabajo de todos— pero hay datos interesantes. Según el Registro Público de Derechos de Agua, el 44% del agua en Nuevo León se destina al uso agrícola y cerca del 17% se destina al uso industrial.
El 40% termina en el uso público y en viviendas.
En fin, volviendo al tema. En la declaración de emergencia de sequía en Nuevo León, que pueden LEER ACÁ, vienen varias reglas para cuidar el agua en el baño, en la cocina, en los jardines o para lavar el auto. Por ahí hasta le piden a la gente no enjuagar mucho los platos.