El pasado 16 de octubre, el presidente Enrique Peña Nieto pronunció una de las frases más desafortunadas de su mandato (y eso que hay para echar para arriba). El mandatario se refirió al problema de corrupción que se vive dentro del país y, como lo había hecho en ocasiones anteriores, lo minimizó. “A cualquier cosa que ocurra hoy en día es por la corrupción”, dijo el político priista, “si, casi casi, si hay un choque acá en la esquina… ahhh, fue la corrupción. Algo pasó con el semáforo. ‘¿Quién compró el semáforo que no funcionaba?’”, ironizó.

EPN argumentó que hay socavones en todas las partes del mundo, además de que la ciudadanía busca encontrar siempre a un culpable detrás de cada incidente cuando “no siempre asiste el que detrás de un evento, consecuencia de algo, tenga que ver la corrupción”.

El pasado 25 de octubre, Arely Gómez González, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y exprocuradora general de la República, afirmó durante una comparecencia ante el Senado de la República que la corrupción es un problema que viene de décadas atrás, pero que “ahorita se hace más notoria la percepción por motivo de todas las redes sociales, que si bien nos ayudan mucho, y pueden ser un detonante importante, también, en ocasiones, desvirtúan un poco la realidad”.

Presidente Enrique Peña Nieto
Foto: Daniel Jayo/LatinContent/Getty Images

En este mismo sentido, Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, se posicionó este lunes 6 de noviembre. El portavoz del presidente Peña Nieto asistió hoy al programa del periodista Carlos Loret de Mola, donde habló sobre economía, inseguridad y el panorama electoral del próximo año. Cuando se tocó el tema de la salida de Santiago Nieto Castillo como titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Sánchez indicó que su destitución se dio por filtrar información sobre casos a su cargo a los medios de comunicación y que EPN no tuvo relación alguna con el despido del fiscal.

“Lo dijo claramente el encargado Alberto Elías Beltrán, un procurador tiene que cumplir con lo que dice la ley, la ley establece que el procurador puede remover libremente a los fiscales que incumplen con la ley”, afirmó el vocero. El portavoz mencionó que la remoción de Nieto Castillo tampoco tuvo como finalidad proteger a Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex y señalado de recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht en 2012 para financiar campañas electorales del Partido de la Revolución Institucional (PRI).

Cuando María Scherer y Leo Zukermann, comunicadores invitados al programa, cuestionaron por qué el Gobierno Federal empezó a actuar en contra de las filtraciones en el caso Fepade y no cuando se ha colado información a la prensa desde la administración del presidente Peña Nieto (como en los casos del petista Alberto Anaya y el panista Ricardo Anaya), el vocero Sánchez respondió “está de moda echarle la culpa al gobierno de todo lo que sucede“.

“Primero tendrían que explicar (Los Anaya) de dónde nace, cómo empieza esto: no se vale acusar persecución cuando se explica que el gobierno no compró inmuebles; tendría que explicar de dónde salió la buena fortuna (…) El foco está dado por el interés periodístico, porque hay otras averiguaciones previas en curso y, desde luego, cuando involucran a un personaje político, pues tienen muchísima visibilidad”, aseguró Eduardo Sánchez.

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