Más descaro sería un delito: internos del honorable Reclusorio Oriente nos muestran cómo es la vida cuando se está encerrado entre cuatro paredes. No con desgarradores testimonios, sino por medio de cotorronas selfies.
Para que luego las autoridades penitenciarias no digan que tienen bien vigiladas las instalaciones y que no se permiten celulares, un trio de reos se pasó de la raya (de coca) y tuvo a bien fotografíarse en lo que le estaban dando duro a la fiesta.
Las imágenes, publicadas por el periódico Reforma, fueron entregadas por custodios del reclusorio y corroboradas con reos y funcionarios de alto rango de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario. Es así como se puede asegurar que los tres compadres de las fotos son parte de la crema y nata delictiva. Incluso uno es el encargado de cobrar la renta a otros reos que, como ellos, cuentan con celular en la Zona 1 del Reclusorio Oriente. ¿Cuánto por ese lujo? cosa de nada: 5 mil pesos.
“Víctor Hugo es el bueno del (Dormitorio) 2, están protegidos por Cano, el subdirector de seguridad del (Reclusorio) Oriente. Si nosotros les encontramos algo y se los decomisamos, Cano va y se los regresa, no hay forma de acabar con eso”, señala uno de los testimonios recogidos de manera anónima.
Las imágenes se obtuvieron de un celular decomisado… sólo que los guardias no lo entregaron al mentado Cano ya que, de hacerlo, lo más seguro es que lo regresaría a sus “propietarios”. Al checar las imágenes, encontraron que sería buena evidencia para dar conocer qués es lo que pasa al interior de los inmuebles destinados a la readaptación social de delincuentes… como que no cumplen sus funciones, ¿verdad?
“Sacamos las imágenes porque ahí se evidencia cómo están inhalando coca, tienen las bolsas de la mota, y además hasta selfies se toman en los pasillos sin miedo a que nosotros los veamos, por el poder que les da el jefe de seguridad”.
Para sorpresa de nadie, los custodios aseguran que la situación es sabida por los altos mandos, incluyendo a Pablo López Jaramillo, encargado de los reclusorios en la Ciudad de México.
Al respecto, la ex diputada Olivia Garza, señaló que no estaría nada mal acabar con la corrupción al interior de los penales… y que sean las autoridades las encargadas de dar a conocer este tipo de irregularidades y no los medios de comunicación. Es decir, que las cosas funcionen como deberían de funcionar.
“Me parece que es momento de dar un giro, ya no permitir que los periódicos nos estén diciendo lo que pasa dentro de nuestras cárceles. Que investiguen, que lo hagan a fondo y que hallen responsables. Ya tienen a los reos, faltan los cómplices”.
La ahora directora de la asociación civil “Modernizando el Sistema Penitenciario”, exigió una investigación de lo evidenciado en el Reclusorio Oriente, además de -en general- aplicar operativos y revisiones en los inmuebles: “creo que le toca a las autoridades no dar carpetazo ni minimizar esto y realmente actuar”.
¿Se necesita ser vidente para saber lo que ocurrirá? Quizás algo parecido a lo de Topo Chico: luego de evidenciarse que el interior del penal es tierra sin ley, las autoridades se pusieron a chambear y “asombrados” lograron decomisar artículos electrónicos, muebles de lujo y demás artículos con los que reos (que pueden pagar) se dan la gran vida. Días después, todo a la “normalidad”.