Han pasado casi 3 años desde que Essa Hasan, el primer estudiante sirio llegó a México. Como sabrás, a través del Proyecto Habesha, México ha estado ayudando a estudiantes proveniente de Siria a que continúen sus estudios, mismos que se ven interrumpidos por el conflicto armado.

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Pasado este periodo, nos preguntamos ¿qué ha sido de ellos? Platicamos con José Muzquiz, representante del Proyecto en Aguascalientes, quien nos contó cómo ha sido la experiencia de Samah y Silva, las primeras mujeres sirias en llegar al país y que este mes cumplen un año en nuestra tierra -que ahora también es suya.

“Samah llegó a la Ciudad de México el año pasado y luego se trasladó a Aguascalientes. Pasó con resultados excelentes sus cursos de español y ahora, el próximo mes, se estará integrando a una maestría en Terapia Gestalt en Guadalajara, Jalisco”.

Foto: Proyecto Habesha

Samah es una de las tantas afectadas por el conflicto en Siria. Ella es originaria de la provincia de Tartus y, cuando vivía ahí, estudiaba la licenciatura en Bellas Artes, pero lamentablemente tuvo que poner pausa a su carrera pues la violencia que se vivía en Damasco no le permitía continuar.

Previo a su arribo al país, Samah formó parte del programa “Art Resedency”, que ofrecía residencias y y proyectos a artistas sirios que buscaban resguardarse de la situación crítica de su país.

Foto: Proyecto Habesha

“Silva, por su parte, se está integrando a sus primeras clases en la licenciatura en Odontología en Morelia”.

Al igual que Samah, Silva llegó a México con la iniciativa de continuar estudiando. Anteriormente, ella solía vivir en el distrito de Al – Malikiya en Al-Hasaka, Siria, de donde tuvo que huir junto a su familia, formada por sus 4 hermanos, 3 hermanas y sus padres.

Antes de llegar a México, Silva estuvo trabajando en Irak como asistente comunitaria en una agencia francesa. Pese a que fue aceptada por el Proyecto Habesha desde 2015, Silva tuvo que esperar hasta 2017 para poder llegar a México pues no se contaba, en ese momento, con los recursos económicos necesarios.

Foto: Proyecto Habesha

“En Aguascalientes, las dos recibieron un curso intensivo de español. Quizá es un poco apresurado pero en un año estamos logrando que los chicos aprendan el idioma y puedan continuar con sus estudios

Además de sus respetivas carreras, Samah y Silva decidieron aprender música. La primera se inclinó más por las percusiones mientras que Silva optó por el violín.

Durante su estancia en México, el Proyecto procuró que ambas se involucraran con el país, por lo que la historia de México fue parte fundamental dentro de su aprendizaje. Para que todo esto fuera posible, voluntarios de la asociación se sumaron al proyecto y regalaron clases a los y las estudiantes que iban llegando a México.

Foto: Proyecto Habesha

A través de Proyecto Habesha y los apoyos económicos que reciben, es posible que cada vez sean más los sirios que llegan a estudiar a México. De la asociación dependen gastos como los trámites de visa, los traslados, trámites migratorios, validación de estudios, regularización, apoyos mensuales, comida, servicios médicos e incluso servicios legales.

De las estancia que tanto Samah y Silva han tenido en México, José comentó lo siguiente:

“Al principio es una cultura nueva pero llegaron con una actitud muy abierta. Tuvimos una posada en la que pusimos música árabe y mexicana, de repente las parejas de baile eran mezcladas y fue como un choque cultural. Uno puede imaginar que podría ser muy fuerte el cambio cultural pero realmente Siria tampoco es muy conservador. Todo ha sido muy fluido”.

Foto: Proyecto Habesha

Actualmente son 13 los sirios que viven en México y cabe aclarar que su situación aquí no es en calidad de refugiado, sino de estudiantes. Si quieres conocer más del proyecto, echa un vistazo por ACÁ.

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