¿Cómo convences a miles de personas que le cooperen con 54 millones de dólares para un nuevo avión privado? En tres sencillos pasos. Primero, pierde completamente la vergüenza; ese punto es muy necesario. Luego, te convences a tí mismo de que necesitas cuatro aviones personales y por último, intentando no reírte, le dices a todo tu público que “Dios quiere que lo tenga”. Al menos, aunque no vaya a funcionar, esa fue la táctica que utilizó Jesse Duplantis, un pastor evangelista de Estados Unidos, para convencer a sus seguidores de que aflojaran la cartera y le donaran unos cuantos billetes verdes para su nuevo juguete.
Esta semana, en su programa televisivo This Week with Jesse, mientras lucía su tradicional cabellera blanca, el pastor contó una profunda experiencia reciente. La historia arranca con una plática entre el Todopoderoso y nuestro protagonista, en la que Dios —o su contador— le ordenó que se comprara un nuevo Falcon7x.
Watch “this Week with Jesse” as he talks about the importance of giving honor to whom honor is due every day not just on Memorial Day! Watch it and be blessed. Tune in each Monday at https://t.co/hnG6BhPAvH or on our JDM App. Click to watch https://t.co/PLfSYt2A3U pic.twitter.com/1JZOxvObHC
— Jesse Duplantis (@jesse_duplantis) 28 de mayo de 2018
La humilde aeronave elegida por Dios para que Duplantis viaje, además de costar más de 50 millones de dólares, alcanza velocidades cercanas a la barrera del sonido y tiene tecnología para limitar el ruido y que no moleste a los pasajeros. Tiene centros de entretenimiento, cómodos asientos y hasta regadera.
“Si Jesús estuviera físicamente en la tierra hoy, no estaría montado en un burro. Piensen en eso por un minuto. Él estaría en un avión predicando el evangelio en todo el mundo”, decía Duplantis como su motivación para pedir donaciones y que le alcance para su nuevo transporte.
Antes de que lo crucifiquen con sus comentarios, piensen en el pobre pastor. Si Jesse Duplantis no tuviera estas grandes complicaciones, no necesitaría el apoyo de sus seguidores; lo que pasa y tanto lo aflige es que su actual avión privado no llega a todos lados sin escalas. Y pues el tiempo es oro, digo plegarias. Además, no es como que nunca lo había pedido: los últimos tres aviones se los han pagado sus seguidores. “Saben que los he usado hasta quemarlos por el señor”, les recuerda Duplantis.
La cosa acá, es que Jesse Duplantis no es gandalla de a gratis. Según el Washington Post, el pastor practica el “Evangelio de la Prosperidad” una corriente que cree que Dios da favores en forma de riqueza terrenal. Entonces, para los pastores como Duplantis, “darle dinero a los líderes es una manera de invertir en el futuro” —pero de sus nietos—.