, Por Javier Medina

Es mucho lo que la naturaleza nos da; a ella nos debemos. Desde un punto de vista idílico tenemos paisajes, brisa, viento, olores, remansos e inspiración; asimismo, desde uno más práctico, tenemos provisión de servicios y recursos para desarrollar actividades productivas, sociales y económicas. Desde ambas perspectivas, valorizar, preservar y agradecer se vuelve indispensable.

¿Qué implica agradecer?

Desde luego que habrá muchas respuestas, dentro de las cuales se encuentran las visiones conciliadoras, entender el valor económico y no económico que tienen los servicios ambientales, el aprovechamiento sostenible de ecosistemas y elementos naturales y, desde luego, el papel que debe asumir el Estado en materia de protección de ecosistemas. Esto a través de diversas políticas públicas como son la planeación; evaluación del impacto ambiental; ordenamiento ecológico territorial; educación ambiental. Igualmente, el establecimiento de áreas naturales protegidas, los planes de acción climática; además, algo de suma importancia: articulación de discursos y agendas que se acompañen con la capacidad de accionar y hacer efectivos mecanismos de regulación ambiental.

Nuestro futuro y desarrollo depende de la protección, conservación y manejo sostenible de nuestro capital natural. Eso es una realidad y así se debe asumir. Nuestra salud y bienestar dependen de ecosistemas sanos; nuestras vidas están muy ligadas a lo natural, quizá más de lo que podemos imaginar. Aquí algunos ejemplos desde Jalisco.

Bosque de la Primavera

Este importante ecosistema situado en las cercanías del Área Metropolitana de Guadalajara, es considerado como el “Pulmón de la Ciudad” y el pasado sábado 06 de marzo, cumplió 41 años de su declaratoria como Área Natural Protegida. Sin este bosque, la ciudad y las actividades productivas que se realizan a sus alrededores no serían posibles. La Primavera es responsable de la provisión de servicios ambientales, entre los que se encuentran captación de agua, regulación climática, contribuye a mejorar la calidad del aire y en su interior, es hogar mil especies de plantas y 340 de fauna. Es tal su valor ambiental, que incluso, Da La Primavera mayor longevidad. 

protección ambiental Jalisco
Foto: jalisco.gob.mx/

Lago de Chapala

Un humedal es un espacio en el que confluyen y coexisten sistemas acuáticos y terrestres, lo que propicia un escenario ideal para la diversidad biológica y la generación de servicios ambientales. Justo eso es lo que representa Chapala: vida.

Chapala, con sus 1,112 kilómetros cuadrados, es el cuerpo natural de agua más grande de México y tiene la capacidad de regular el clima a 50 kilómetros a la redonda del lago. En Jalisco, los municipios que forman parte de la ribera del Lago son Chapala, Poncitlán, Ocotlán, Jamay, Tizapán el Alto, Tuxcueca y Jocotepec. 

Foto: ceajalisco.gob.mx

Chapala es un importante motor de actividades turísticas, además, juega un rol indispensable en la producción de alimentos, pues más del 70 por ciento de los usos del agua en sus inmediaciones está dedicado al uso agrícola y es un importante sostén del Área Metropolitana de Guadalajara, pues le provee el 70 por ciento también del abasto de agua.

Volcán Nevado de Colima y bosques en el Sur de Jalisco

Gran parte de la actividad económica y del legado histórico y cultural del Sur de Jalisco, se debe a sus bosques y montañas. El Parque Nacional Volcán Nevado de Colima se ha convertido en un ícono y referente de la zona sur. Con sus 6,551 hectáreas es una “Fábrica de agua” que beneficia de manera directa a los municipios de Zapotlán el Grande, Tuxpan, Zapotitlán de Vadillo y San Gabriel.

La Sierra del Tigre, que se extiende desde Mazamitla hasta Zapotlán, Gómez Farías y Atoyac es aún un importante corredor biológico y espacio generador de servicios ambientales que se ha enfrentado al auge del llamado “oro verde”, al igual que el Nevado de Colima. Ambos espacios resisten y luchan por permanecer.

Foto: ciudadguzman.gob.mx

El Lago de Zapotlán es otro espacio de gran importancia en el sur. Da realce a las montañas que se sitúan a su alrededor y con su extensión de más de 1,100 hectáreas da soporte a actividades artesanales, pesqueras y agrícolas.

Éstos fueron sólo algunos ejemplos que dan cuenta del capital natural con el que contamos en Jalisco y de su importancia para nuestras vidas. Pensar de manera global y actuar desde lo local implica que desde nuestros espacios sumemos esfuerzos de protección y conservación y también implica comprender que todo está conectado. Nuestra influencia y lo que hacemos tiene un alcance global.

Detener tendencias de deterioro; ordenar las ciudades, reducir la deforestación y prevenir la contaminación, merece el esfuerzo. Es nuestra responsabilidad. Seamos agradecidas y agradecidos, es necesario que asociemos a la naturaleza en todo lo que hacemos. 

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Javier Medina es abogado por la Universidad de Guadalajara con enfoque en políticas públicas y medio ambiente. Militante de Futuro.

Twitter: @javier_medinaP

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