Para que ya no digan que nomás se hizo güey en su sexenio, Felipe Calderón saltó ante las polémico/sentimentales declaraciones de Lucero Guadalupe Sánchez, más conocida en el bajo mundo de la política como la Chapodiputada.

Según el expresidente de México, en su momento él – como muchos – respingó ante el escándalo que representó que una diputada del PAN (según no era militante, pfff) tuviera sus queveres con Joaquín, El Chapo, Guzmán… pero, ¿qué recibió a cambio? Pues que los panistas ni lo pelarán y, peor aún, lo amenazarán “veladamente”…

 

OK… por si ayer estaban más entretenidos viendo los videos de “#VayaVayaTacubaya” y no saben de qué les hablamos, pues resulta que los de Netflix no tendrán excusas para sacar una nueva temporada de El Chapo. En el juicio que se le realiza al famoso exlíder del Cártel de Sinaloa se anda sacando mucho material para los guiones… y bueno, ayer se dio la parte sentimental de la historia, cuando Guzmán Loera tuvo de frente a su segundo frente: Lucero Guadalupe Sánchez, (La Chapodiputada, pa’ la banda).

Además de aceptar amar a Guzmán Loera (y con ello reivindicar a quien hasta hace poco era el prototipo del wey friendzoneado), la Chapodiputada confesó ante el tribunal estadounidense que traficó marihuana y además visitaba a su expareja sin informar su paradero a las autoridades. Todo esto mientras era diputada local de Sinaloa (del PAN, por cierto).

Aunque mucha de esta información ya se sospechaba (recordemos que, una vez capturado El Chapo, se reveló que Sánchez visitó al capo en su encierro) el panismo nunca se pronunció contundentemente sobre el caso. Incluso se hicieron a un ladito, señalando que la Chapodiputada ni militante del partido era… todos los blanquiazules se hicieron de la vista, todos menos Felipe Calderón (y el ahora morenista Germán Martínez)… según: “este caso que muestra el deterioro del PAN. Germán Mtz y yo exigimos explicación a la dirigencia del PAN de cómo era posible que esta persona fuera nuestra diputada y se actuase en consecuencia. Nada se hizo y solo recibimos amenazas veladas de su parte”, escribió el expresidente en su cuenta Twitter.

En fin, aunque siguen saliendo nombres, señalamientos y demás elementos con los que muchos ya claman que se inicien investigaciones del lado mexicano, hasta ahora lo único que está claro es que ese Chapo era un lokillo y rompecorazones., tanto que dejó a Lucero Sánchez más dañada que consumidora de las ma$$%&res que traficaba el capo (Guzmán se convirtió en su droga… ayñ): durante un receso en el juicio, la Chapodiputada se soltó a llorar desconsoladamente y afirmó que se sentía confundida porque a veces sí lo quería y a veces no.

Ahwwww…

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