Sólo 10 meses le duró la libertad al expresidente de Perú, Alberto Fujimori. El miércoles 3 de octubre, quedó anulado el indulto humanitario que se le concedió, pese a ser acusado de crímenes contra la humanidad… y ahora, al saber que tendrá que regresar a prisión, pide clemencia.
“Quiero pedirle al presidente de la república, a los miembros del poder judicial, una sola cosa: por favor no me maten; si regreso a prisión mi corazón no lo va a soportar, está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo. No me condenen a muerte, ya no doy más”, suplicó Fujimori mientras de fondo de escuchaban los violines desde el hospital en el que se encuentra internado… con unos buenos guardias fuera, nomás esperando a que sea dado de alta, para llevarlo de vuelta al tambo.
Aunque habrá quienes se conmuevan por la condición del expresidente Fujimori, recordemos que él no ha sido una blanca palomita. En 2009 fue condenado a 25 años de prisión (nomás) por delitos de lesa humanidad y corrupción, al ser encontrado culpable de la matanza de jóvenes a manos del Ejército peruano. De hecho, el beneficio de irse a casita sin cumplir su condena fue considerado un trueque que hizo el entonces presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, para no ser destituido por vínculos con el caso Odebrecht…
Sólo una ligera sospecha: el grupo parlamentario que dirigía Kenji Fujimori (hijo del exmandatario) se abstuvo de votar en diciembre pasado, cuando estaba por decidirse la destitución del buen Pedro Pablo… y así fue como el presidente libró el caso Odebrecht. A los tres días de eso (en plena navidad), Kuczynski se vistió Santa Claus y otorgó el indulto a Alberto Fujimori… qué casualidad.
“La anulación del indulto es una pérdida personal porque yo he seguido la Constitución y me están deshaciendo una decisión absolutamente legal. ¿Controversial? Sin duda. Pero legal, también, sin duda”, declaró Kuczynski al conocer la anulación del indulto a Fujimori ordenada por la Corte Suprema de Perú.
En fin… por ahora Alberto Fujimori se encuentra hospitalizado. El hombre de 80 años sufrió una descompensación… precisamente el día que se enteró que regresará al botellón. Ya está en condición de detenido”, informó el ministro del Interior, Mauro Medina, a una emisora de radio local. “Sólo se espera su alta de la clínica para ser conducido al establecimiento que disponga el Instituto Nacional Penitenciario”.