Gilberto Bosques Saldívar es uno de esos héroes mexicanos de los que no te enseñan mucho en la escuela primaria. En la época de la Segunda Guerra Mundial formó parte de una larga tradición de talentosos diplomáticos en nuestro país y específicamente, la manera en la que guardó sus archivos lo llevó a ser reconocido recientemente por la UNESCO.
El Archivo de Gilberto Bosques fue nombrado Memoria del Mundo y tendrá que ser conservado.
Su archivo —una colección de casi mil 200 expedientes— retrata momentos importantísimos del siglo XX, su presencia como Embajador en Cuba en plena Revolución y por supuesto, la manera en la que salvó la vida de miles de refugiados europeos.
¿Quién fue Gilberto Bosques?
Nomás para que se den una idea, Gilberto Bosques ha sido apodado como el Schindler Mexicano.
Su legado se ha construido a raíz de su puesto diplomático como cónsul general de México en Francia. Estuvo ahí desde 1939 hasta 1944, o sea que le tocó lo mero extremo de la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto, se sabe que ayudó a que más de 40 mil refugiados —de distintas nacionalidades— cruzaran el Atlántico para estar en paz. Les ofreció residencia y nacionalidad en México.
En esos ofrecimientos se metió en broncas graves con autoridades pro-alemanas en Francia, rompió relaciones con gobiernos, se peleó con Franco en España, lo persiguieron diplomáticos de Japón y sufrió del espionaje de la Gestapo.
Al final tendría que huir de Europa en 1944 con todo el personal del consulado en medio de una emergencia.
La CNDH recuerda una historia de su llegada a México, cuando fue recibido por miles migrantes españoles en la estación de ferrocarril.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Gilberto Bosques tuvo chamba más tranquila como diplomático en Portugal, Suecia y también Finlandia. Cerca de su retiro le tocaría la bronca de ser embajador en Cuba entre 1953 y 1964 cuando se armaron los cates.
Murió en 1995 con 102 años cumplidos.
La importancia del Archivo de Gilberto Bosques
Con esa vida —nomás con sus años en Europa y en Cuba— resulta que todos los papeles que fue guardando en sus trabajos son tan valiosos que fueron reconocidos por la UNESCO como parte del patrimonio Memoria del Mundo. Un programa destinado a proteger y cuidar los documentos más importantes de la historia mundial.
Sus documentos son fuentes primarias del siglo XX y la visión diplomática de los conflictos rudísimos que lo rodearon.
Nomás para que se den una idea, en el Archivo de Gilberto Bosques se guardan cartas de su salida de Francia o los memos con los que rompió relaciones diplomáticas con las autoridades pro-alemanas de aquel entonces. Están bárbaros.
En este 2022 el Archivo recibió el reconocimiento de la UNESCO y la hija de Gilberto Bosques recibió un certificado en Palacio Nacional.