Esta mañana, despertamos con la pérdida de un compañero de trabajo y gran periodista del rock en nuestro país: Hüicho. Evaristo Corona, ‘El Golfo’ recuerda con estas palabras a uno de nuestros locutores favoritos de Reactor 105.
Ya nada más faltaban dos días. Este viernes no podría escuchar tu programa. En realidad, pocas veces lo hacía pero si entre once de la noche y una de la mañana me encontraba en algún auto, siempre le ponían a Presta. No tenía ni que pedirlo. No importa si a la gente a bordo le gustaba el rock urbano, de asfalto, o no. Lo bonito de tu programa era que te divertías haciéndolo con Jinete, tu mejor amigo. Pero después de eso, lo que siempre me llamó la atención, es que a pesar de parecer para un nicho muy específico, era para todos. A quien no le gustaba ese arrabal lo escuchaba porque ustedes, juntos, son simpatiquísimos. Porque tú, nos contagias con la alegría que siempre se te notaba. Porque Jinete, tu inseparable cómplice, te entendía como nadie y se muy bien que eso, al aire, se nota.
Recuerdo una noche en que salí de algún concierto del Palacio de los Deportes. Iba con el carnicero del cine, y por primera vez escuché la sección de la Huichipedia. No podía controlar la risa. Ese día hablaste de Toño Quirasco. Del ska en México. Hubo otra noche en que venía con Gabriel Cuadros, mi entonces compañero de programa, mi cómplice, y salíamos de la boda de Bety, la de la oficina. La heroína de la continuidad. Y escuchábamos muy entretenidos sus efectos de ultratumba. El eco a la hora de los saludos para la banda que siempre los ha querido tanto.
En 2004, cuando comenzó Reactor, uno de los programas que debían continuar aunque fuera con otro nombre era Presta. Era impensable que no estuvieran al aire porque la labor que han hecho por difundir el rock marginal es indispensable en la radio mexicana.
La última vez que hablamos te pedí el disco en vivo de Mara. Aquel en el que Fernanda Tapia es maestra de ceremonias. No me lo diste porque partí de aquella oficina en que nos conocimos. La última vez que los escuché fue hace dos semanas. Venía de un viaje relámpago a León y en el Periférico sin avanzar, fuiste tan buen compañero como en el trabajo. Tonto yo, pensé en hablarles por teléfono para saludar porque hace mucho no platicamos pero me detuve porque ustedes sí estaban trabajando. El tráfico era tal que escuché casi todo el programa.
Huicho. Querido Huicho. Me duele tu partida. Me duele profundamente perderte al aire. Me duele saber que no te veré en el siguiente Vive Latino. Extrañaré no poder ver de nuevo a Guns N’ Roses contigo. Te prometo que cuando encuentre a Jinete tendré palabras cariñosas para él también. Extrañaré, como todos quienes te conocimos, tu sonrisa y camaradería. Tu amabilidad y educación. Tu participación y entusiasmo para trabajar.
Huicho, con respeto, cariño y admiración, espero que tu viaje sea placentero. Que donde te encuentres logres ampliar el conocimiento enciclopédico que posees.
Donde sea que estés, te deseo que el rock sea.