Con la invocación de esta ley, explicó Justin Trudeau, no sólo se declara estado de emergencia, sino que se otorgan más “herramientas” a la Policía para detener y multar a los manifestantes que han puesto en riesgo la infraestructura de Canadá… así como atacar sus fuentes de financiamiento.
“El gobierno federal ha invocado la Ley de Emergencias para complementar la capacidad provincial y territorial para abordar los bloqueos y las ocupaciones”, declaró el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
“La Ley de Emergencias se utilizará para fortalecer y apoyar a las agencias de aplicación de la ley en todos los niveles en todo el país. Se trata de mantener seguros a los canadienses, proteger los trabajos de las personas y restaurar la confianza en nuestras instituciones”, explicó Trudeau.
De acuerdo con lo declarado ayer, 14 de febrero, el alcance de las medidas que conlleva la declaratoria de Estado de Emergencia serán limitadas en cuanto a tiempo y geográficamente. Además, no es que se vaya con todo el poder contra los manifestantes que se oponen a las restricciones impuestas por la pandemia: la aplicación de la ley será “razonable y proporcional a las amenazas que pretenden abordar”.
La invocación a la ley de emergencia se da luego de más de dos semanas de protestas que han paralizado importantes vías en Canadá, así como centros urbanos. “Los bloqueos ilegales deben terminar”, dijo Justin Trudeau en referencia a las caravanas de camioneros que se niegan a vacunarse.
Las acciones que se realizarán con la invocatoria de poderes de emergencia no sólo servirán para retirar los camiones que bloquean vías de comunicación, sino también para mantener congeladas las cuentas bancarias de las corporaciones de los camioneros.
“Considérense advertidos”, señaló la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, dando a entender que la declaratoria es sólo un aviso, con la esperanza de que sirva para que se acaban los bloqueos… pero luego comenzarán las acciones duras.
Desde hace una semana Ottawa se encuentra en estado de emergencia por la presencia del llamado “Convoy de la Libertad”, que no es otra cosa que un bloque conformado por cerca de 5 mil personas que se oponen a las restricciones del gobierno de Trudeau para disminuir los contagios COVID-19.
Y en Ottawa: Declaran estado de emergencia por protestas antivacunas COVID
El asunto ya no es sólo por las medidas de la pandemia. Según Freeland, el gobierno debe detener a quienes financian las protestas que han costado al gobierno de Canadá $ 500 millones de dólares diarios, sólo por lo de los cruces fronterizos.
Aunque se han despejado vías, como el el Puente Ambassador, los manifestantes siguen obstruyendo los cruces en Emerson, Manitoba y Pembina, Dakota del Norte, Alberta y Sweet Grass, Montana. Además, la cosa se pone peligrosa, ya que a grupos “antivacunas” se les han incautado armas largas , chalecos antibalas y cargadores de alta capacidad.