Durante la Segunda Guerra Mundial, mucho del poderío Nazi tuvo que ver con Goebbels y el Ministerio de Ilustración Pública y Propaganda quienes se encargaron de crear una imagen imponente y avasalladora de su líder Adolf Hitler, la cual era reforzada por su increíble capacidad para la oratoria y por sus atinadas decisiones y estrategias militares (que a la larga no fueron tan eficientes y terminaron por debilitar a la potencia principal del Eje Berlín-Roma-Tokyo).
A pesar de la imagen casi divina que proyectaba, Hitler era un ser humano común y corriente, con problemas e inseguridades, muchas de ellas provocadas por su aspecto físico. Es por eso que cuando llegó a encumbrarse en el poder tuvo especial cuidado con las fotografías que le tomaban y las que llegaban a luz del público.
Es por eso que está fotografía -en donde aparenta todo menos ser un líder que aspiraba a la consolidación del poder absoluto de la raza aria- fue escondida por el Führer, hasta que después de la caída de Berlín a manos de los Aliados, un soldado británico llamado Alf Roberts encontró la peculiar imagen entre los escombros de una casa destruída en la capital alemana.
¿Qué opinan, sopicuates? ¿Qué caption le pondrían ustedes a esta fotografía?
Nosotros contestamos con esta otra:
Via Infobae