¿Para qué se deja uno la barba? ¿Para parecer más adulto? ¿Para vernos galanes? ¿Para mostrar nuestra admiración a Santa Claus o al Buki? … ¿o para criar patitos?
Sí… patitos.
El destino tiene formas de actuar muy caprichosas, la prueba de ello es la manera en la que unió a un hombre barbón y a un pato. Todo comenzó cuando Brian Doss, que vive en Athens, Ohio, y tiene 33 años, fue a comprar huevos de pollo en las granjas locales, con la esperanza de comenzar a criar varios pollos.
En un principio el plan no le salió muy bien qué digamos, pues no logró mantener la temperatura y humedad adecuada de los huevos, por lo que no nació ningún pollo. Sin embargo, del único huevo que logró eclosionar lo que salió fue… un patito.
De algún modo ese huevo de pato llegó por accidente a Brian Doss, quien de inmediato hizo química con este pato al que llamó Peeps. Para mantener caliente y a salvo a su nueva mascota, este hombre dejó que durmiera y viviera en su barba.
Por días esta maraña de pelos sirvió como nido y permitió que Peeps lograra sobrevivir. Obviamente Brian apenas y se movió durante estos días para no importunar al recién nacido.
Pasaron los días y Peeps fue creciendo gracias a la protección de la barba de su amigo humano y a los alimentos que éste le proveía. De vez en cuando el ave se asomaba para saludarlo.
Así ha ido creciendo Peeps:
Estas fotos han sido compartidas en Reedit por el orgulloso padre-amigo-amo del pato.
Fue por ahí del día 41 de vida, que Peeps dejó de refugiarse en la barba de Brian, pero eso no ha sido impedimento para que la amistad entre ambos continúe.
¡Qué tal! Uno nunca sabe cómo llegará la amistad a nuestras vidas.
Será en unas semanas más cuando finalmente podamos saber si este patito es hembra o macho. Por lo pronto, Brian sigue incubando más huevos de pato con la esperanza de formar su propia familia de patos.
Ahora habrá que cambiar la frase de: “Al agua patos” por “A la barba patos”.