Estamos acostumbrados a escuchar buenas noticias de Yucatán: que si su gastronomía ganó premios, que si el turismo rompió récords, que la seguridad es envidiable… sin embargo, este fin de semana hubo enfrentamientos en una manifestación y la policía de Mérida lanzó gas lacrimógeno contra las personas que protestaban pacíficamente durante el Primer Informe de Gobierno de Mauricio Vila Dosal, el gobernador panista de la entidad.
A grandes rasgos, los manifestantes marchaban contra la propuesta de aumentar impuestos y la organización de un reemplacamiento de autos (con sus respectivos cobros) en Mérida, Yucatán.
Este domingo, 19 de enero, las autoridades desplegaron un fuerte operativo en los alrededores del Centro de Congresos donde se realizaba el Primer Informe del gobernador Mauricio Vila. Cuando los manifestantes llegaron a la zona después de avanzar unas cuantas cuadras, se encontraron con el cerco policial y fue ahí donde empezaron los enfrentamientos.
La versión de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en Mérida, Yucatán, es que los manifestantes de hasta adelante quisieron quitarle el casco a un oficial y saltarse la valla metálica.
En su reacción, el oficial le aventó gas lacrimógeno a la multitud, valiéndole m… que en el contingente caminarán niños, mujeres y personas de la tercera edad que solo ejercían sus derechos. El comandante Luis Felipe Saidén, titular de la SSP en Mérida, informó en una pequeña conferencia de prensa que suspendieron a este policía de sus funciones por hacer uso indiscriminado de un “mecanismo persuasivo”.
Sumándole al desastre, también se informó que detuvieron a tres manifestantes por presuntamente golpear a un policía.
Apenas surgieron los videos y las fotos, comenzaron también los desafortunados enredos políticos. Mientras la población condenaba la represión violenta ordenada por el gobierno de Mauricio Vila en contra de manifestantes, el PAN del estado salió en su defensa: ellos le echaron la culpa a Morena de estos enfrentamientos en Mérida, Yucatán. Según ellos, todo fue orquestado por grupos de choque contratados por el partido guinda/rojo/café y de paso les llamaron “profesionales de la violencia”.