No más iba por un “despunte” y salió peor que con “casquete corto”… es una forma un poco menos dolorosa de resumir lo que le ocurrió a un hombre en Alabama, Estados Unidos, quien puso en manos de médicos a su muy preciado “amigo” para realizarle una circuncisión de rutina… lamentablemente, al despertar, se dio cuenta que se había ido.
Por lo anterior, Johnny Lee Banks Jr –nombre del afectado- se presentó en la Corte del estado para demandar al personal del Princeton Baptist Medical Center por negligencia, ya que –según dice- nunca fue advertido que el procedimiento era una posibilidad al realizarse una simple circuncisión.
Banks y su esposa –otra afectada…- buscan de menos una remuneración económica, sin embargo, la portavoz del hospital, Kate Darden, dijo ayer que las acusaciones carecen de fundamento.
Además del hospital, otros demandados son los Centros de Urología de Alabama, así como el doctor que daba seguimiento al caso de Banks y el cirujano que dejó lisito al paciente. Hasta el momento ninguno de los acusados ha dicho algo al respecto.
Esta no es la primera vez que se le amputa el pene a una persona sin su consentimiento. En 2011, algo similar ocurrió cuando un doctor detectó que su paciente tenía un cáncer potencialmente mortal, por lo que lo metió al quirófano con la intención de hacerle una pequeña circuncisión… pero ya encarrerado, procedió a llevarse un buen cacho de “elber”.
La diferencia de Banks, es que a él no le han dicho cómo, cuándo ni por qué tendrá que cambiar sus hábitos en el baño.