Pues resulta que la UIF detectó que, cuando Emilio Lozoya fue director de Pemex, aparte de comprar plantas chatarra y astilleros casi en la bancarrota, también le entraba a eso del desvío de dinero.
Lo anterior fue revelado por el coco de los exfuncionarios de la administración de EPN: Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
De acuerdo con Nieto Castillo, Lozoya habría metido mano para desviar cerca de 83 millones de pesos de Pemex, esto mediante el conocido esquema de “empresas fantasma”.
“Es que es el mismo esquema que se encuentra en la estafa maestra es el mismo esquema que se encontró en Pemex, y a partir de ahí se hacen transferencias internacionales”, explicó el titular de la UIF a legisladores de Morena.
Santiago Nieto remarcó que este desvío se trata de “un caso nuevo” en contra de Emilio Lozoya. Según el titular de la UIF, las investigaciones indican que empresas fachada competían por ilícitamente por contratos, los cuales ganaban para luego ‘misteriosamente’ desaparecer con millones de pesos.
De acuerdo con Proceso, sin ofrecer muchos datos sobre el asunto, el encargado de la UIF indicó que parte de los millones desviados mediante triangulaciones pudo haber sido utilizado en cuestiones electorales… o ir a dar a cuentas personales.
“Lo que encontramos es que el dinero era trasladado a cuentas particulares, de ahí se sacaba en efectivo y por trasladadores de valores se llevaba a distintos lugares del país, e inclusive fuera de las fronteras nacionales”, agregó Santiago Nieto.
Todo esto fue dicho durante la reunión plenaria de senadores de Morena. Ahí, Nieto Castillo les recordó a los legisladores que el objetivo principal de la administración de AMLO es combatir la corrupción y a las organizaciones delictivas… no con balazos, sino dándole recio a su estructura financiera.
De ahí que el titular de la UIF a cada rato da información sobre el bloqueo de cuentas de exfuncionarios y miembros del crimen organizado. Pero bueno… a todo esto, ¿y dónde está Lozoya?