Uno pensaría que aprendimos algo de la historia humana y la idea de prohibir libros de las escuelas terminaría siendo obsoleta, pero… ¿quién diría? Bendito siglo XXI. Aunque claro, también resulta contraproducente para quienes gustan de la censura y estas noticias, en realidad, se convierten en una invitación inmediata a la desobediencia. A leer la novela en cuestión.
Y algo así fue lo que nos sucedió con una novela gráfica llamada MAUS.
¿Cómo estuvo la historia? Pues, de Estados Unidos —particularmente del estado de Tennessee—, surgió una noticia que ya le dio la vuelta al planeta: la junta escolar decidió cambiar rotundamente los libros que usarán en sus escuelas.
En una votación unánime, a puerta cerrada y que solo se hizo famosa gracias a periodistas de la comunidad, decidieron que la novela gráfica MAUS quedaría prohibida de los salones de octavo grado, equivalente en México al grado de secundaria. ¿Las razones? Lenguaje soez y una escena desnuda.
Lo que hizo más impresionante esta decisión fue que se trata de un libro sobre las tragedias del Holocausto y la frase que, dizque, se les hizo grosera fue: “damn” o “demonios”. Chale.
¿De qué trata la novela gráfica MAUS?
Esto es probablemente lo más importante y regularmente termina en una invitación abierta a que muchos la lean… gracias a las noticias de su prohibición —así nos pasó a nosotros, por cierto.
MAUS es una novela gráfica hecha por el caricaturista estadounidense Art Spiegelman.
Se fue publicando capítulo a capítulo desde 1980. La terminó en 1991. Ya en estas fechas la puedes encontrar en cualquier idioma fácilmente y está recuperada en dos tomos. Bastante manejables, por cierto. Tiene la gracia de ser la única novela gráfica que ha ganado el prestigioso Premio Pulitzer.
MAUS es un camino autobiográfico con tintes de memoria.
La novela sigue al propio caricaturista Art mientras le pregunta a su padre Vladek, todo lo que tuvo que sobrevivir durante el Holocausto. Incluso, los momentos más oscuros al interior del Campo de Concentración de Auschwitz.
Visualmente es una locura del posmodernismo. Como si fuera una fábula, en MAUS los judíos se representan como ratones, los nazis como gatos y los polacos como cerdos. También hay espacio para las ranas como franceses o los perros para los estadounidenses.
Todo es a blanco y negro. Con muy pocos espacios grises, que estamos seguros no es coincidencia.
Y por supuesto que no se toca el corazón con los temas más complicados de la experiencia humana durante el Holocausto. En MAUS hablan de cómo vivían los judíos, de cómo fue avanzando el antisemitismo, de la violencia nazi, de la muerte, de la pérdida y del miedo de millones de familias.
¿Por qué prohibieron MAUS de las escuelas?
A pesar de ser una novela gráfica que te explica con ratones los momentos más rudos del Holocausto, a la junta escolar de Estados Unidos le brincaron —según ellos, claro— algunos momentos de la novela.
Uno de ellos es cuando algunos personajes usan la palabra “damn” o “demonios”.
El otro fueron escenas de desnudo que, en toda la novela gráfica de MAUS, solo hay dos momentos: cuando se retrata el suicido de la madre del personaje principal y cuando están metiendo a los judíos en las regaderas congeladas de Auschwitz.
“Intento ser tolerante de las personas que posiblemente no sean Nazis”, dijo Art Spiegelman, el creador de MAUS, después de recibir la noticia de la prohibición de su trabajo. “Tal vez”.
La decision de prohibir esta novela gráfica ha sido catalogada como “respuesta miope” y provocó un mensaje tremendo del Museo del Holocausto en Estados Unidos. “MAUS ha jugando un papel vital en la educación al transmitir experiencias detalladas de víctimas y sobrevivientes”, escribieron.