Por Diego Castañeda

Mucha discusión se está dando en México en torno al aeropuerto de Texcoco y su cancelación. Mucho se puede discutir sobre si era la mejor decisión o no; sobre si era la mejor alternativa o no; si pudo comunicarse mejor, así como un largo etcétera. Pero algo que vale mucho la pena discutir aquí, en vista de toda la desinformación que ha circulado, es si la cancelación de un megaproyecto puede desatar una crisis económica.

La respuesta es un rotundo no. Para que una obra de infraestructura causara una crisis en una economía tendría que ser de una magnitud sin precedentes, con un valor en proporción al PIB gigantesco. El aeropuerto de Texcoco es quizá la obra más grande en la actualidad en la región; no obstante, su valor apenas ronda 1 punto del PIB. Es mucho dinero, sí, pero en proporción al tamaño de la economía es muy pequeño. Una razón más importante es que aunque cause ciertos niveles de incertidumbre, en especial en una época de mucha incertidumbre en el mundo, la economía mexicana se encuentra bastante estable en sus fundamentales macroeconómicos: los problemas del país no son de estabilidad, son de falta de crecimiento, desigualdad y pobreza. La macroeconomía mexicana posiblemente podría estar mejor manejada, pero como está se necesitaría de un choque externo de gran magnitud para generar problemas (una crisis en Estados Unidos, por poner un ejemplo) o un choque interno dramático, como que colapsen los ingresos del Estado de forma sustancial o que su deuda se multiplique muy rápidamente.

Descartando lo anterior, todo el mundo debería por puro sentido común podría saber que por más razones válidas o no que existan para preocuparse una crisis económica no es algo que se pueda esperar siendo razonables y de exageraciones como “Hoy México ha perdido la confianza del mundo” ni qué decir. Si a pesar de tener una guerra por más de 10 años con costos de vidas enormes y el Estado no siendo capaz de proporcionar seguridad en todo su territorio no destruyó la confianza de los inversionistas en México, cancelar un proyecto con muchísimos problemas tampoco lo va hacer.

Pero dejemos de lado lo anterior, que es una opinión partiendo de la más elemental lógica económica y pasemos a lo que nos dice la historia. ¿Existe alguna crisis mayor en el mundo causada por cancelar proyectos? Todo parece indicar que no. Se necesitan destrucciones masivas de infraestructura, como en las guerras, para desatar ese tipo de crisis relacionadas con infraestructura. Esto no quiere decir que un mal manejo de megaproyectos en el tiempo no pueda ser una causa de problemas en el futuro, pero eso no es relevante para este argumento.

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Foto: Grupo Riobóo

Usemos datos del Banco Mundial durante la década de los años noventa para entender lo anterior. Los países en desarrollo que fueron campeones mundiales en cancelar proyectos de infraestructura públicos y privados fueron India, Indonesia y México. México, entre 1990 y 1999, canceló proyectos con un costo equivalente a aproximadamente 9.7 mil millones de dólares de 2001. Si traemos esa cifra a valor presente sería más grande que los 13 mil millones de dólares del aeropuerto. ¿Podríamos decir que esto causó alguna crisis en México? No podemos, la única crisis de ese momento pasó por otras cosas como tener un tipo de cambio fijo y bandas de flotación entre otras cosas.

¿Qué hay de los otros países? India canceló proyectos por un monto de alrededor de los 3 mil millones de dólares de 2001 e indonesia de cerca de 2 mil millones.

Así que, sin duda, México es el campeón absoluto de la cancelación de megaproyectos, algo muy malo porque tenemos un déficit de infraestructura importante. Pero ese déficit sobre todo se concentra en el sur del país, es ahí donde necesitamos más conectividad, capacidad y hubs logísticos, para integrar al sur con el resto de la economía del país y del mundo.

Una de las principales causas de las cancelaciones es sobre todo costos, malas prácticas, impactos ambientales, falta de transparencia y cálculos incorrectos en su financiamiento. A más de uno le sonarán algunos de estos problemas cuando pensamos en el aeropuerto de Texcoco. Otra serie de casos específicamente sobre el manejo del agua (un problema muy presente en valle de México) están en esta nota del World Economic Forum, por si algún curioso está interesado en revisar.

La conclusión de esta pequeña nota es la siguiente: hay que recordar la famosa frase de Paul Samuelson, “los mercados financieros han pronosticado 9 de las últimas 5 recesiones”. La incertidumbre en el mercado no necesariamente implica crisis, es sólo volatilidad y el mundo hoy tiene mucho de ella, atribuir la causalidad exclusivamente a un evento es imposible y ser agorero de una crisis causada por algo así es desinformar.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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