En las calles de la colonia Juárez se ha venido cocinando uno de los proyectos más fascinantes de la cultura nacional. Mitad asociación, mitad revista… pero 100% chilanga. Mi Valedor es un espacio en el que las poblaciones en riesgo de nuestra capital encuentran la oportunidad de reencontrarse con su comunidad, agarrar chamba y de paso, convertirse en fotógrafos y cronistas de la Ciudad.
Si no has escuchado hablar de Mi Valedor, acá te contamos un poco más de esta publicación callejera que, neta, es única en su tipo.
Como toda historia cautivante, en el centro se encuentran las personas. Con cinco minutos de visitar sus oficinas o con hojear por fortuna alguna de sus impresiones, sabrás de inmediato porque se ha convertido —en sus casi cinco años de funcionamiento— en un referente de los proyectos sociales en México.
La idea general comienza con dos palabras: reinserción social.
Mi Valedor es un proyecto dedicado a brindar oportunidades laborales y sociales para todos nuestros vecinos que viven en condiciones vulnerables, como adultos mayores, migrantes o personas en situación de calle. En esta ciudad profundamente desigual, de esas oficinas de la colonia Juárez sale una revista maravillosa…
Y cada página se prepara con tres ingredientes: empatía, pertenencia y un montón de esfuerzo.
La Revista Mi Valedor
La revista, que se publica bimestralmente, tiene más de una treintena de números en su historia, pero si no has tenido la fortuna de conocerla, basta con llegar a la primera página para saber cómo está el asunto y quiénes son las personas en el centro del proyecto: los valedores.
Si una persona en situación vulnerable se acerca con la revista, recibirá cinco ejemplares gratis y una calurosa bienvenida.
Después de una capacitación, una breve explicación y con la compañía de talleristas y voluntarios, el nuevo Valedor saldrá a las calles a vender la revista a 30 pesos —el precio de portada.
Todos los ingresos serán para el voceador.
A partir de ese día, a los valedores les venden las revistas en 10 pesos y todas las ganancias, fruto de su labor de venta, serán para ellos. Con fortuna, esa misma mañana empieza una larga historia de compañía y colaboración.
Los 10 pesos se guardan en un fondo con los que Mi Valedor pone en marcha el resto de la maquinaria que empuja el proyecto.
Los Talleres y el Centro Creativo
“Es darle un espacio a personas que no han tenido espacio en ningún lado”, nos cuenta Esteban Álvarez, el director del proyecto, desde las oficinas de Mi Valedor en la colonia Juárez.
Rodeados de revistas, el mentado cubrebocas es lo único que nos impide empaparnos del asombroso olor de tinta y papel.
Y es que Mi Valedor es un proyecto social, obvio… pero también es un banquete de letras, fotografía y cultura. Es una revista cocinada por los talentos más reconocidos de la literatura en México, por la colaboración de jóvenes artistas e ilustradores y también por las voces que, al menos hasta hace una treintena de impresiones, nunca habían sido escuchadas.
En sus páginas conviven textos escritos por Elena Poniatowska y Carlos Monsivais, con artículos salidos de la pluma de José Santillán, barrendero de profesión, que —nomás para ponerles un ejemplo al azar, porque es colaborador recurrente— recientemente se aventó una editorial sobre la legalización de la marihuana.
Actualmente hay 55 valedores trabajando con la revista y en su historia han apoyado a más de 3 mil personas en situaciones vulnerables con la impartición de más de medio millar de talleres.
¿Y esos talleres?
En el Centro Creativo se imparten cursos de fotografía, redacción y de decenas de técnicas literarias. Bimestralmente, los mejores trabajos aparecen en la versión impresa Mi Valedor para deleite de todos nosotros, sus lectores.
Además, hay cursos de ventas —para sacarle el mayor jugo posible a todos los acercamientos callejeros— y el desarrollo de otras habilidades sociales.
Cada peso cuenta
Ahí viene lo canijo, nos explica Esteban Álvarez.
La revista Mi Valedor nació en la calle, vive en la calle y depende de la calle. Estos meses, con los espacios públicos limitados por la pandemia, le han puesto un peso encima del proyecto. Por eso, empezaron una campaña que se llama Cada Peso Cuenta.
Si visitamos su página oficial (www.mivaledor.com) están juntando donativos para seguir haciendo realidad este proyecto, la revista y la reinserción social de muchos de nuestros vecinos.
La versión impresa de Mi Valedor sigue publicándose y vale la pena no perderse ninguno de sus contenidos. Si quieren una recomendación: traigan 30 pesos a la mano a la siguiente que caminen por la Cuauhtémoc… o claro, síganlos en sus redes sociales para conocer un poco más de esta increíble historia chilanga.