Por Roberto Castillo

El pasado domingo 5 de noviembre el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) reveló una basta investigación sobre compañías, empresarios, políticos y personalidades del entretenimiento alrededor del mundo que poseen fortunas en cuentas localizadas en paraísos fiscales. Esta investigación está basada en una serie de archivos filtrados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung.

Entre las personas que aparecen mencionadas en estos archivos están la reina de Inglaterra, Bono de U2, integrantes del gabinete de Donald Trump, y el jefe de recaudación del partido del Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau. En un artículo del 5 de noviembre, la revista Proceso hizo una revisión de los mexicanos que aparecían nombrados en los #ParadisePapers, y los nombres son un quién es quién de la clase política y empresarial de nuestro país. Entre ellos están Carlos Slim, Alberto Bailleres, los Legionarios de Cristo, el contratista cercano al PRI, Javier Miguel Afif, José Fernando Calderón Ayala de FEMSA, el ex-secretario de Seguridad Pública Federal Alejandro Gertz Manero y el recién fallecido líder de la CTM Joaquín Gamboa Pascoe, entre otros. Pero, ¿esto por qué nos debería importar?

Si bien tener una cuenta en un paraíso fiscal no es necesariamente algo ilegal, los esquemas de secrecía bajo los que se manejan los paraísos fiscales hacen muy difícil, si no es que imposible, saber quiénes son los dueños de los beneficios generados por las compañías establecidas en estos paraísos. Como señala la introducción del ICIJ, esta secrecía atrae a “lavadores de dinero, narcotraficantes, cleptócratas y otros que quieren operar en las sombras”, así como también a personas y empresas que buscan evadir impuestos.

Lo que es una realidad es que el creciente uso de los paraísos fiscales le ha funcionado muy bien a unos pocos, de acuerdo con este artículo de la BBC, el 80% de las riquezas que se encuentran en estos lugares están concentrados, únicamente, en manos del 0.1% de los hogares más ricos. Los paraísos fiscales están siendo utilizados para ocultar las fortunas de las personas más ricas del mundo, por ende, mucho del dinero que debería ser utilizado en impuestos que a su vez servirían para financiar políticas sociales, salud pública, educación pública, infraestructura, etcétera, en distintos país, está siendo desviado en beneficio de quienes más dinero tienen y en perjuicio de las personas con menores ingresos.

Como señala Brooke Harrington para el informe del ICIJ La industria de los offshore está haciendo que los pobres sean más pobres y está profundizando la desigualdad de la riqueza… Hay este pequeño grupo de personas que no están igualmente sujetas a las leyes que el resto de nosotros, y eso es a propósito… Estas personas viven el sueño de disfrutar “los beneficios de la sociedad sin estar sujetos a ninguna de sus limitaciones“.

¿Qué significan los #ParadisePapers para México?

Como mencionamos anteriormente, tener cuentas en un paraíso fiscal no es necesariamente ilegal, pero no sorprendería que muchas de ellas esconden dinero ilícito. Por otra parte, es reprobable que los ultra ricos escondan sus fortunas del fisco cuando hay tanto que se podría hacer por mejorar la calidad de vida en nuestro país con ese dinero. Habrá quien diga que no sirve de nada pagar impuestos si los políticos de siempre se lo van a robar, pero lo cierto es que nuestro país tiene un sinfín de necesidades que se podrían atender con mayor inversión pública. Nos toca a nosotras y nosotros vigilar que ese dinero se use y se use bien. No en privilegios para los políticos, no en casas blancas, no en viajes de helicóptero para ir a fiestas, sino en medicinas, escuelas y apoyos para quienes emprenden.

Sigue que las autoridades alrededor del mundo revisen estas revelaciones para ver quiénes han estado saltándose sus responsabilidades fiscales. Qué futbolistas ganan millones por un anuncio de tenis y no retribuyen nada a la sociedad por ello, qué empresas venden miles de millones de producto y no dan nada a la seguridad social de sus países. Los paraísos fiscales son un síntoma de la realidad profundamente desigual en la que vivimos. En la que la política ha llegado a representar los intereses de unos cuantos y no los de la ciudadanía.  

La semana pasada, Latinobarómetro publicó su edición 2017. En este informe se muestra que el apoyo hacia la democracia en América Latina está en declive. Tan solo en nuestro país, mientras el año pasado 71% de los mexicanos estaba de acuerdo con la frase “la democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno”, en este año solo 56% está de acuerdo. Por otra parte, 82% de los mexicanos declaró no estar satisfecho con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Cuando los derechos humanos son violados sistemáticamente incluso por el mismo Estado que debe protegerlos, cuando el Estado de Derecho no es más que un deseo, cuando sólo tiene acceso a la justicia quien puede pagar por ella y cuando un 10% de la población posee el 90% de la riqueza de nuestro país, quizá más vale preguntarnos si es realidad que el apoyo a la democracia está cayendo, o si en verdad vivimos en una. Decía una consigna española: Lo llaman democracia y no lo es”.

Imagen: Shutterstock
Entonces, ¿por qué nos deberían importar los #PanamaPapers?

Porque son la prueba de que en nuestro país y alrededor del mundo hay un grupo de personas que por su enorme riqueza tienen un poder de decisión sin igual en lo público, que ejercen ese poder influyendo gobiernos y leyes que regulan a sus empresas y nuestra sociedad, pero no retribuyen lo justo a nuestras comunidades. Su fortuna es producto de nuestro trabajo y gasto y, sin embargo, no están sujetos a las mismas responsabilidades que nosotras y nosotros. Son la prueba de que se nos ha alejado de la política y se le ha entregado a este pequeño grupo. Por ello es necesario recuperar la política para las personas y sentar las bases de una sociedad verdaderamente equitativa, en la que las reglas apliquen a todos y en la que nadie se quede atrás.

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Roberto Castillo es miembro de Wikipolítica CDMX, una organización política sin filiaciones partidistas.

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