Basta una pandemia para recordarnos que en este planeta vivimos en plena condición de igualdad, hoy más que nunca, sin importar la raza, el color o las preferencias sexuales, todos estamos expuestos a morir a causa de un virus. Pareciera muy burdo, pero este podría ser el mejor ejemplo para evidenciar la paridad de la raza humana. Razón suficiente para luchar contra la homofobia y violencia de género.
El estigma y la discriminación que muchos pacientes de COVID-19 están padeciendo, es equiparable a la cruda realidad en la que han vivido muchos homosexuales, bisexuales, transgénero e intersexuales durante décadas, algo tan absurdo y denigrante que pone en escrutinio a la sociedad en general.
La Organización de las Naciones Unidas, ha expresado su preocupación por la violencia física y psicológica a la que podrían estar sujetos muchos miembros de la comunidad LGBTI+ en medio de la crisis sanitaria, situándolos en una condición mucho más vulnerable.
“Las personas LGTBI a menudo están expuestas a estigma, discriminación y violencia incluso cuando buscan atención médica, y tal vez, lo más lamentable de todo, es que las padezcan dentro de sus familias y durante la cuarentena. En algunos lugares también están siendo tratados como chivos expiatorios de la propagación del virus”, señala en un comunicado la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Lo cierto es, que desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, se han presentado matanzas de personas transgénero en Puerto Rico, arrestos injustificados de personas LGBTI en Egipto, la República Unida de Tanzania y en Uganda. El aumento de la violencia y el abuso en Camerún y la República de Corea, al igual que en diferentes países.
Por su parte, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, asegura que “la crisis de COVID-19 ha expuesto y exacerbado la desigualdad, la violencia y el abuso que enfrentan las personas LGBTI todos los días. Necesitamos romper el silencio contra estas leyes draconianas, que solo sirven para marginar aún más a las personas”.
Y es que, el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia, el Intersexismo y la Transfobia, no solo tiene el objetivo de crear conciencia y estimular el interés por los derechos LGBTIQ+, sino que también, busca acabar con la violencia de género, abolir las leyes que persiguen la homosexualidad, erradicar de una vez por todas el odio, segregación y discriminación de la comunidad gay.
Pero, a 30 años de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud, que tuvo lugar en 1990, más de 70 países continúan penalizando el comportamiento sexual entre personas del mismo sexo.
De acuerdo con la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los gobiernos tienen la obligación moral y legal de eliminar esas leyes y promulgar leyes que protejan a las personas de la discriminación, incluyendo a la comunidad LGBT+
En pleno siglo XXI y cruzando por uno de los puntos más álgidos en la historia de la humanidad debido al COVID-19, es buen momento para reflexionar si queremos llevar la homofobia a la nueva realidad, una vez terminado el confinamiento. Sin lugar a dudas, un buen momento para que finalmente las personas heterosexuales, homosexuales, intersexuales, blancos, morenos, altos y bajos, podamos convivir en paz, respetando y tolerando los diferentes gustos y preferencias, apegados a los derechos humanos.
