Por: Mercedes Martínez Rojas

Cuando la violencia se ha vuelto parte de nuestro día a día cuesta trabajo identificar cómo empezó, cuál fue el origen y por qué se normalizó. En un país como México, en el que este año se han roto récords de violencia –con 2 mil 234 asesinatos tan sólo en junio pasado– es casi imposible determinar dónde, cuándo y cómo empezó todo. Este ejercicio es el que hace Raúl Aníbal en Matagatos, una novela corta que se lee fácil, de una sola sentada, y en ese ratito te llega a la médula, logrando transmitir la sensación onerosa y repulsiva de la violencia que se sufre en nuestro país.

En tan sólo 131 páginas, Matagatos nos entrega una suerte de vista panorámica de la violencia que ya se enraizaba en Ciudad Juárez en la década de los noventa. “¿Quién puede prever cómo se instala la violencia en nuestras vidas?” es la pregunta que intenta responder Raúl Aníbal a lo largo de esta narración que está centrada en Gilberto –un policía retirado y exmilitar– pero que toca la vida de muchos más (niños, adolescentes, mujeres, hombres, políticos…) dándonos una probadita del infierno que se vive en la frontera norte de México.

Tal vez sea por la complejidad de esta pregunta, y para anticipar el terrible desenlace, que en el texto hay varias citas y alusiones a la Biblia, como el nombre de uno de los protagonistas –Adán– y un versículo de Jeremías al inicio. La violencia antecede al texto: “En la ciudad fronteriza ya desde aquel entonces había asaltos, secuestros y asesinatos al por mayor. Cuatro años antes (…) comenzaron los feminicidios que después hicieron famosa a la ciudad fronteriza. La primera víctima fue una niña de trece años llamada Alma, violada y estrangulada”.

La novela inicia con la desaparición de un niño que está entrando en la adolescencia y la pérdida que significó su muerte para sus amigos de la infancia. Desde el título la violencia se hace presente y va escalando, esparciéndose y haciéndose cada vez más retorcida con el pasar de las páginas y capítulos. Y el hecho de tratarla desde la cotidianidad y la perspectiva de personajes con los que nos identificamos fácilmente logra traspasar esa coraza que nos ha hechos inmunes a los noticieros y periódicos, llegándonos al tuétano.

Una mujer que ya no puede más y abandona a su familia, un padre que se va un busca de una vida mejor para él y su familia en Estados Unidos, un niño descuidado por sus padres, una pobreza que cala, un niño en situación de calle que termina violado y destazado, el despertar y las fantasías sexuales de muchos, la influencia y consecuencias del narcotráfico entre muchas situaciones y personas que terminan conectándose de alguna forma a Gilberto; un personaje que no conoció la vida sin violencia. Desde pequeño fue violentado y –a manera de tragedia griega– pareciera que el destino lo lleva a ejercer esa misma violencia en los otros; empieza matando gatos y la brutalidad de sus acciones va escalando hasta que termina en la cárcel… una repetición compulsiva que no se detiene, ni en Chihuahua ni en el resto del país.

Portada del libro Matagatos
Foto vía Twitter

***

Raúl Aníbal Sánchez es oriundo de Chihuahua, Chihuahua, y autor de otros libros como Luna de día (2011), La comida está en el congelador (2013), La muerte del pelícano (2014), co escrita con Espartaco Sánchez, y Los dones subterráneos (2016) entre otros. Entre lo géneros en que ha incursionado se encuentran la novela, el cuento y la poesía.

En este enlace pueden leer las primeras páginas de la novela para que se antojen…

Raúl Aníbal Sánchez, Matagatos, Caballo de Toya, 2017, 131 pp.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook