No es albur. Piensen puede ser un gran tip para su cena de Año Nuevo.
Como ustedes saben, México es la tierra del chile por excelencia. A casi todo los alimentos les echamos cualquier versión del picante: salsas, jalapeños, chipotle, el que ustedes quieran y deseen en su platillo.
Además, en nuestro país nos jactamos de ser los “reyes del picante”. Cuando algún extranjero llega a nuestro país, lo primero que le decimos es que se eche unos tacos con una salsita verde y, aparte, disfrutamos de ver las caras al sentir el sabor del chile en su lengua (no sean mal pensados).
Sin embargo, de acuerdo con el Libro de los Récords Guinness, el chile más picoso de todo este planeta no proviene de nuestro México lindo y querido. Aunque ustedes no lo crean…
Resulta que el chile más cañón que se puede conocer se produce en los Estados Unidos. El creador de esta monstruosidad culinaria se llama Ed Currie y bautizó a su creación como “Carolina Reaper”.
El tallo de estos frutos parece la cola de un escorpión. En el otro extremo está la fruta roja, cuya concentración de picor es casi la misma de la mayoría de los aerosoles de chile que utiliza la policía norteamericana.
El inventor del chile más picoso del mundo
¡¡¡Ver…de!!!
Para saber si es el más picoso del mundo, la ciencia de los chiles se basa en los capsaicinoides. Mientras más alta es la concentración de estas sustancias, más alto es el picor.
Lo picante de un chile se mide en unidades Scoville. Cero es suave y un jalapeño contiene regularmente alrededor de 5.000 unidades en la escala de Scoville.
El farmacéutico Wilbur Scoville inventó la escala hace 100 años, tomando una solución de azúcar y agua para diluir un extracto tomado del chile sometido a prueba.
El récord mundial fue para el Carolina Reaper, uno de los cuales llegó a registrar 2,2 millones de unidades. El spray de chile tiene alrededor de 2 millones de unidades Scoville.
Esto debería catalogarse como un arma.
Hoy en día, los científicos separan los capsaicinoides de los chiles y usan cromatografía líquida para detectar la cantidad exacta de los compuestos.
Así que ya saben sopicuates. Si tienen al clásico tío que no le pica nada y se cree el gran chile, pues háganle una cenita con el Carolina Reap.