Este fin de semana el Papa recibió a un hombre transgénero español llamado Diego Neria Lejárraga de 48 años, después de que éste se pusiera en contacto con el Sumo Pontífice para pedirle apoyo ante el rechazo y la incomprensión que sufre a causa de su cambio de sexo.
Neria es un hombre creyente desde niño y practicante de esta religión. Él envió una carta al Papa en la que le contó el rechazao que sufre en su localidad natal (Plasencia, Cáceres) de unos 40 mil habitantes a la que regresó después de cambiarse el género.
Él mismo expresó su sentir de esta manera: “Mi cárcel era mi propio cuerpo”. El español recuerda que desde niño le escribía cartas a los Reyes Magos en las que les pedía que lo convirtieran en varón.
Según El País, su madre siempre le pidió que no se operara mientras ella viviera. Neria, al cumplirse un año de la muerte de su madre (a sus 40 años) decidió ponerse en manos de una cirujana plástica y poco a poco comenzó el cambio.
Para cambiar definitivamente su cuerpo se tuvo que trasladar a Madrid. El problema fue cuando regresó a su pueblo. Pero no solo el pueblo lo rechazaba, lo que más le dolió es que los creyentes, la misma feligresía le decía cosas como: “¿Cómo te atreves a entrar aquí con tu condición? No eres digno”, también alcanzó a escuchar por ahí que un sacerdote le decía “Eres la hija del diablo” (eso fue en plena calle).
Neria se encerraba en su casa a llorar, hasta que un día decidió escribirle al mismo Papa. El hombre confiesa:
“Nunca antes me hubiera atrevido (a pedirle ayuda a un Papa), pero con Francisco sí; después de oírle en mucha intervenciones, sentí que él me escucharía”
Mandó la carta a través del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez, en quien dice que ha encontrado consuelo y apoyo. Tras recibir la carta el Papa Francisco le llamó por teléfono (recordemos la afición que tiene el Papa por telefonear a su feligresía). La llamada provenía de un número oculto y, aunque Neria no suele contestar a estos números, cuál sería su sorpresa al hacerlo y escuchar:
“Soy el Papa Francisco”.
Todavía antes de Navidad Francisco volvió a llamarle y fijaron el encuentro. A la cita, Neria asistió con su prometida. La reunión fue privada.
Durante la charla, Neria no aguantó más y le preguntó al Pontífice si había lugar para él en la casa de Dios. En respuesta el Papa lo abrazó (no hicieron falta las palabras).
Hay que recordar que no es la primera vez que el Papa llama personalmente a un español. El año pasado le llamó por teléfono a un joven en Granada que le había relatado por una carta de los abusos que sufrió por parte de varios curas. “Buenas tardes, hijo, soy el padre Jorge” fue lo que le dijo antes de pedirle perdón.
Llama mucho la atención la nueva actitud que tiene la Iglesia Católica ante la homosexualidad o el tema de los abusos de curas. Recordemos que el Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI tuvieron una actitud mucho más severa o descuidada al respecto (por decirlo diplomáticamente).
Recordemos que sobre los homosexuales en el Vaticano también habló Francisco y dijo, de manera resumida:
“Si aceptan al Señor y tienen buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlos? Ellos no deben ser marginados. La tendencia [a la homosexualidad] no es el problema … ellos son nuestros hermanos”
Esperemos que este sea el nuevo mensaje de toda la Iglesia, no hay que olvidar que son altos los índices de asesinatos y crímenes de odio contra las personas LGBTTTI en el mundo (en México estos números son alarmantes). Todavía falta que la Iglesia Católica sea más clara (y abierta) en el papel de las mujeres, hay que subrayar que los anglicanos (religión que practican en Estados Unidos e Inglaterra) ya han ordenado a su primera obispa.