Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia descubrieron una ofrenda con miles de objetos en el Templo de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacán.
Gracias al uso de avanzadas herramientas tecnológicas, como el georradar, el escaneo láser y un par de robots desarrollados por egresados del IPN (Tlaloque I y Tláloc II) se ha podido excavar un túnel que los teotihuacanos ocultaron hace mil 800 años, cuando lo llenaron de toneladas de roca y tierra.
Todo comenzó hace 11 años, cuando las intensas lluvias dejaron abierto un hueco de 83 centímetros. Los arqueólogos decidieron excavar más y se encontraron con un túnel de aproximadamente 120 m de longitud. Justo en el metro 103, descubrieron esta abundante ofrenda que abarca 4 m de ancho y 8 m de largo.
Se sospecha que al final de este camino puede haber más ofrendas y de mayor tamaño, o bien, los restos de uno o varios gobernantes.
La Pirámide de la Serpiente Emplumada buscaba representar lo celeste, la tierra y el inframundo para los teotihuacanos. Este túnel es una representación metafórica de la concepción del inframundo; en las paredes incrustaron materiales metálicos molidos para simular las estrellas y construyeron dos cámaras laterales donde depositaron ofrendas, posiblemente para sus gobernantes.
El arqueólogo que encabeza el proyecto Tlalocan (en el que se han invertido 14 millones de pesos desde hace 5 años) es Sergio Gómez Chávez. Durante los trabajos de excavación se han encontrado alrededor de 70 mil objetos de diversos materiales como bastones de mando, ofrendas, semillas comestible, ámbar y pelotas de hule, objetos de madera, esqueletos de animales y esferas metálicas de diversos tamaños.
La ofrenda estaba compuesta por cuatro esculturas antropomorfas de piedra verde, decenas de caracoles, jade importado de Guatemala, pelotas de hule, huesos y restos de pelo de grandes felinos, esqueletos de escarabajos, discos de pirita y una caja de madera que contenía decenas de conchas.
Hasta ahora nadie sabe con certeza la historia de los teotihuacanos porque, a diferencia de otras culturas mesoamericanas, no tienen evidencia escrita. Todavía hay muy pocos datos para sugerir quiénes pudieron haber sido sus gobernantes. Lo que se sabe de ellos es gracias a las imágenes que adornan sus templos y palacios.
La mayor parte de la antigua ciudad sigue sin ser excavada, por lo que este hallazgo es de suma relevancia. En sitios no excavados de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, se cree que hubo sacrificios humanos y actividades rituales relacionadas con la guerra.