Aunque nadie lo cree Joaquín “El Chapo” Guzmán, el máximo líder del cártel de Sinaloa, el narcotraficante más rico y poderoso del mundo se volvió a escapar.

Esta fuga, aún más elaborada que la anterior, demuestra que la corrupción asociada al narcotráfico sigue permeando en las estructuras de gobierno y deteriorando la capacidad institucional para enfrentarlo. Los medios internacionales ya sentenciaron que este segundo escape impacta directamente el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien hasta ahora no se ha pronunciado.

Sin embargo, recordemos que en febrero del 2014, durante la segunda captura del capo, afirmó que sería imperdonable que se volviera a escapar.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias ‘El Chapo’ (apodo que hace honor a su corta estatura que calculan entre 1.55 y 1.68 metros) entró al narco con el cártel de Guadalajara en el mercado de la cocaína, pero cuando capturaron a su mentor ‘El Padrino’, El Chapo decidió crear su propia organización: el Cártel de Sinaloa.

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Guzmán fue pionero en la construcción de túneles a través de la frontera mexicana con Estados Unidos, algunos equipados hasta con aire acondicionado, por donde han pasado por años toneladas de drogas para ser distribuidas en al menos 300 ciudades estadounidenses.

En 1994, fue arrestado en Guatemala y trasladado a la cárcel de máxima seguridad en Puente Grande, México. En 2001, el Chapo se fugó del penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco a través de un carro de lavandería.

Estaba recluido en la celda 307 del módulo 3. Con respecto a ese escape surgieron versiones de que durante el gobierno de Vicente Fox, al capo se le dejó en libertad mediante un descomunal pago cifrado en muchos millones de dólares, El Chapo y El Güero Palma habían logrado corromper a custodios, funcionarios y reos del penal para obtener beneficios durante su estancia como hacer fiestas, pasear por todos lados de la cárcel e incluso se dice que le pedían opinión para hacer la comida.

El Chapo era la segunda persona más buscada por el FBI, solo por debajo de Osama Bin Laden. Según la DEA, en 2010 se convirtió en el mayor narcotraficante de la historia, por delante del legendario Pablo Escobar. El gobierno de EU ofrecía cinco millones de dólares y México 30 millones de pesos. El Chapo es solicitado por cortes de California, Chicago y Nueva York.

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Antes de su captura, Guzmán permaneció escondido en el Triángulo Dorado, una zona montañosa donde confluyen los estados norteños de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Según las autoridades mexicanas, varias veces se lo intentó detener, pero siempre lograba escabullirse gracias a una red de túneles que construyó, duró 13 años prófugo.

El 12 de febrero de 2014 fue detenido un colaborador cercano, Daniel Fernández Domínguez, ‘El Pelacas’, las autoridades lograron geolocalizar uno de los teléfonos de El Chapo en la ciudad de Mazatlán, Guzmán utilizaba el drenaje para escapar, así como siete casas comunicadas por túneles.

10 días después,el 22 de febrero lograron capturarlo en el hotel Miramar, fue enviado al penal de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México.

Edgardo Buscaglia, especialista en el tema del narcotráfico, afirma que el túnel de esta nueva fuga, estaba convenientemente ubicado:

Otra fuga que está claramente fraguada, con un tejido de corrupción que se gesta dentro del penal y fuera del penal. Si se preguntaban que hizo con los mil millones de dólares que reportaba Forbes: cavó un túnel bajo un penal de máxima seguridad sin que las autoridades se dieran cuenta.

Al día de hoy, el Cártel de Sinaloa sigue intocable, tan intocable como “El Chapo” ¿Habilidad del capo para evadir a las autoridades o falta de decisión política para dejarlo encerrado?

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