Después de tantos berrinches, dimes y diretes, la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump al fin se llevará a cabo el próximo martes. -Eso si el presidente de Estados Unidos no cambia de opinión al último minuto- Mientras tanto, la logística para el evento histórico está más que lista.
Ambos mandatarios acordaron que la junta se llevara a cabo en un país neutral. Por lo que mientras lees esta nota, Trump está a bordo del avión presidencial volando desde Canadá, donde se celebró el G7 con destino a Singapur. En un vuelo de 18 horas, seguramente llegará con las piernas destrozadas.
Por su parte, el mandatario de Corea del Norte hace lo mismo, en un vuelo mucho más cómodo con un trayecto de 5 horas con 30 minutos. Se tiene planeado que Kim Jung Un, llegue a Singapur dos días antes del encuentro, con la zozobra en temas de seguridad, pues este es el viaje más largo que Kim Jung ha hecho desde el 2011.
En la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump que se llevará a cabo el próximo 12 de junio, se tiene planeado que la cita se de en un ambiente que favorezca la relajación como el preludio al desayuno, pero con la formalidad que el majestuoso resort “Hotel Capella” requiere.
La agenda está programada a las 9 de la mañana tiempo local, pero para fortuna de nosotros, los interesados de este lado del océano Pacífico, podremos estar al tanto desde el lunes 11 de junio a partir de las ocho de la noche.
Aunque esta cumbre despierta cierta expectativa mundial, el caricaturista del diario The New York Times, Patrick Chappatte apuesta a que hablarán del tipo de gel que utilizan para el cabello, pero lo cierto es que la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump, definirá el futuro de las relaciones ambas naciones, además de que el presidente estadounidense, buscará negociar un posible final para el programa de armas nucleares del país asiático.
Así mismo, Trump ha dejado claro su interés en la enmienda entre las dos Coreas, así como la promesa que Kim Jong hizo ante el líder surcoreano, Moon Jae-in sobre desnuclearizar la península coreana. Al tiempo que Trump quizá no dude en cuestionar al presidente norcreano con su habitual tono anti diplomático, sobre el sospechoso desmantelamiento nuclear ante periodistas internacionales, que dio pie a que el magnate revocara la invitación al encuentro en mayo pasado.
El lujoso Hotel Capella, donde se llevará a cabo la Cumbre, está ubicado en la exclusiva Isla Sentosa. Cuenta con 112 habitaciones a lo largo y ancho de sus 12 hectáreas de extensión. Cubierto por la selva tropical, sus cinco estrellas avalan los 10 mil dólares que puede llegar a costar una reservación por noche.
Los presidentes no se hospedarán allí, sin embrago y entre otras cosas, el lugar se eligió por ser representativo para los dos países. Por una parte, el hotel fue construido sobre un campo de prisioneros de guerra activo en 1942, tras la invasión japonesa, lo recuerda las causas de la división de Corea y por la otra, el hotel se encuentra a 15 minutos caminando de los Estudios Universal Pictures.
Pero en la reunión de carácter reservado, los mandatarios no estarán solos, estarán acompañados de varios changos, lagartos, pavorreales y loros entre otros animales que habitan en el resort .Puede que con un poco de suerte, los pericos que viven en el lugar, nos suelten un poco de información.
La ciberguerra detrás de la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump
Cabe recordar que en 2017, ambos mandatarios se enfrentaron en una ciberguerra, rayando en un trasfondo infantil. Intercambiaron varios insultos, Kim Jong le decía gordo y Trump le contestaba que él era gordo y chaparro.
Después de enseñarse la lengua mutuamente, la tensión entre los ejecutivos llegó a su punto más alto cuando las armas nucleares entraron a debate y los insultos se tornaron en amenazas. Kim Jong, advirtió que tenía un “botón” a su disposición para ejecutar un ataque “nuclear”, en respuesta, Trump escribió la ya célebre frase “Alguien de su régimen hambriento y empobrecido por favor infórmele que yo también tengo un botón nuclear, pero es mucho más grande y más poderoso que el suyo, ¡y mi botón funciona!”.
No obstante, el primero en tomar la iniciativa para este encuentro fue Kim Jong, tras la incómoda logística de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, donde representantes de su país se vieron obligados a toparse cara a cara con funcionarios de Corea del Sur y Estados Unidos, con quienes existía una constante hostilidad.
Ahora que ambas naciones están listas para darse un apretón de manos, es muy probable que en 20 años la reunión entre Kim Jong Un y Donald Trump sea recordada en los libros de historia como una aportación hacia la paz mundial.