Desde su escondite, Osama Bin Laden pidió a sus seguidores de la red terrorista Al-Qaeda que se concentraran en atacar a Estados Unidos, antes que pensar en la creación de un Estado Islámico.
Estados Unidos desclasificó 103 documentos que los marines estadounidenses recogieron en el escondite de Bin Laden después de matarlo el 2 de mayo de 2011, en su mayoría son cartas y discursos. La divulgación de este material se realiza poco después de que el periodista estadounidense Seymour Hersh afirmara que la versión oficial sobre la búsqueda y muerte de Bin Laden es una mentira.
En una de las cartas, Bin Laden afirma que la prioridad sería atacar a las embajadas de Estados Unidos en Sierra Leona y las empresas estadounidenses de petróleo: además de priorizar los atentados contra estadounidenses.
“El foco debe ser matar y luchar contra los estadounidenses y sus representantes”, escribió Bin Laden en uno de los documentos ahora revelados.
Entre los documentos aparecen dos cartas del hijo preferido de Bin Laden, Hamza, quien lo ayudó a producir videos de propaganda cuando era un adolescente.
“Me pone realmente triste que legiones de mujahidines hayan marchado y yo no me haya unido a ellos”, le escribió Hamza a su padre en una carta de julio de 2009, cuando el joven se encontraba arrestado en Irán […] Mi amado padre, te anuncio que yo y los otros, con la gracia de Dios, seguiremos el mismo camino, el camino de la yihad”.
Para ese momento, Hamza no había visto a su padre en ocho años: “Nos dijiste adiós y nos dejaste, y fue como si nos hubieran arrancado el hígado”, escribió.
Según sus cartas, Bin Laden estaba obsesionado con la seguridad, por ejemplo en una carta fechada el 26 de septiembre de 2010, Bin Laden detalló instrucciones precisas para que una de sus esposas pudiera reunirse con él en Abbottabad, sin que dejara rastros.
“Antes de que Um Hamzah (una de las tres esposas de Bin Laden) llegue aquí, es necesario que ella abandone todo, inclusive vestimentas, libros y todo lo que posea, en Irán. Todo lo que una aguja pueda penetrar, resaltando que “han sido desarrollados dispositivos para espionaje tan minúsculos que pueden ser escondidos en una jeringa”.
Bin Laden también le explicó a un colaborador: “Nuestra situación de seguridad no nos permite ir a ver un médico, de forma que por favor tengan cuidado con sus necesidades médicas, en especial los dientes, y guarden las recetas de cada médico para volver a usarlas cuando vengan”.
El formulario para alistarse en Al-Qaeda incluía preguntas poco casuales, como;
“¿A quién debemos contactar en caso de que usted se convierta en mártir?. Por favor, ingrese la información requerida con honestidad y exactitud. Escriba claro y legible. Nombre, edad, estado civil. ¿Desea ejecutar una operación suicida?”
Cualquier persona que mostrara aburrimiento o se molestara fácilmente, debía ser retirada del trabajo externo.
También difundieron qué encontraron en la “biblioteca de Bin Laden”, como decenas de estudios en inglés de think tanks sobre terrorismo, informaciones de países como Francia, artículos de periódicos y libros. Algunos sobre teorías de la conspiración sobre los atentados del 11 de septiembre y sobre la Orden de los Iluminados, también Las guerras de Obama, del periodista que destapó el Watergate, Bob Woodward, y una obra de Noam Chomsky.
Los marines también encontraron un libro de bolsillo sobre el videjojuego “Delta Force Extreme 2?, editado en 2009, una guía de técnicas de serigrafía, un libro Guinness y un libro de bolsillo de caligrafía árabe.
Sin embargo, no se especifica si esas obras podrían pertenecer a otros habitantes del edificio en el que se escondía y no al propio Bin Laden.
@plumasatomicas