Rosario Robles se tuvo que hacer de la vista gorda… demasiado gorda, para no meter ni las manitas ante el saqueo que se hacía desde las dependencias que encabezó.
Durante el juicio político que se le sigue en la Cámara de Diputados por el uso indebido del servicio público, Chayito Robles vio cómo exfuncionarios la echaron de cabeza y gacho. Casi, como un aviso de que no la va a librar. ¿Cómo hacerlo frente a semejantes declaraciones?
“Yo personalmente le mostré el modus operandi a través de unos mapas donde veíamos el dinero que llega de la Secretaría de Hacienda a las dependencias, Sedesol y Sedatu, y cómo lo distribuyeron a través de contratos con universidades y éstas a otros muchos hasta donde se perdió el dinero. Ella lo sabía perfectamente”, aseguró el exauditor federal, Juan Manuel Portal.
Lo anterior no es cosa mínima. Con su declaración, Portal puso muy sutilmente la pregunta, ¿Robles no se benefició de La Estafa Maestra, pese a saber con pelos y señales cómo se movía ésta?. O bien, sino se benefició, le anda cubriendo las espaldas a quienes sí. ¿Por? Eso seguramente lo veremos en el siguiente capítulo de esta intensa novela.
De acuerdo con Proceso, el exauditor Portal no fue el único que echó de cabeza a Rosario Robles. También lo hizo otra integrante de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Muna Dora Buchanin… además de gente que formó parte del equipo de trabajo de la extitular de la SEDESOL y la SEDATU.
Según Portal, cuando en su momento le hizo ver a Chayito Robles el esquema fraudulento de La Estafa Maestra, ella –evidentemente, aceptando el trancazo– le dijo que no lo volvería a hacer… Sí, así: “en la última reunión que tuvimos con ella, ofreció no volver a hacerlo, reconociendo lo que se estaba observando por parte de la ASF. Dijo: ‘Ok, lo voy a dejar de hacer ya’ (…) Habrá sido a principios de 2017”.
De acuerdo con investigaciones de Animal Político, con el esquema de La Estafa Maestra se consiguió desviar alrededor de 9 mil millones de pesos. En tanto saqueo no sólo intervino la SEDATU y la SEDESOL, sino otras dependencias y cientos de funcionarios públicos.