El Washington Post publicó un artículo de opinión de Sunil Dutta, un profesor de seguridad nacional de la Universidad Tecnológica de Colorado y que ha sido oficial del Departamento de Policía de Los Ángeles durante 17 años. El señor nos explica la manera en que piensa su labor, que lo que pasó en Ferguson no es la regla y que los disturbios, en ese sentido, son una exageración.
«Un adolescente es fatalmente baleado por un agente de policía y los policías son acusados de ser asesinos, de ser sanguinarios y ser de gatillo fácil. Esta es la manera en que se hacen las cosas en Estados Unidos, eso nos han hecho creer»
Pero para el oficial todo es una terrible calumnia «los policías no son asesinos»:
«Ningún agente sale al campo con el deseo de disparar a nadie, armado o desarmado»
Para él, los agentes encargados de aplicar la ley saben que están investidos con la autoridad para detener a los sospechosos, y que es una autoridad que a veces hay que ejercer.
«Fuera del caso de Mike Brown (el chico asesinado), en la inmensa mayoría de los casos no es la policía, sino la gente que es detenida la que puede impedí que las detenciones terminen en tragedias»
El oficial expresa que en la calle ha tenido que soportar maldiciones, gritos, berrinches, invasiones agresivas, amenazas, además de que desafíen su autoridad, pero que en la mayoría de eso casos él resolvió pacíficamente la situación sin incurrir en la fuerza.
Según él, recurría a tácticas como «judo verbal», humor, advertencias, y la ostentación de su equipo letal y no letal. Una vez, su pareja y él tuvieron que enfrentarse a un hombre que había rociado su coche con gasolina y que quería prenderle fuego cerca de un centro comercial. Según el policía, el potencial de daño a los transeúntes habría justificado la fuerza letal, pero, en vez de hacer uso de ella, los nobles policías le perdonaron la vida y distrajeron al hombre con un discurso sobre su familia y sus seres queridos, y así nadie salió herido.
El policía está molesto, porque estos incidentes nadie los cuenta, pero si cuentan cuando se les pasa la mano.
A veces la persuasión y las advertencias no funcionan, así que los policías tienen que utilizar la fuerza y los resultados pueden ser trágicos.
«Todavía estamos investigando lo que pasó entre el oficial Darren Wilson y Brown, pero la mayoría de los casos son menos ambiguos, y los agentes rara vez tienen la culpa. Cuando utilizan la fuerza, están defendiendo su seguridad o la del público»
Y luego explica cómo deben ser las cosas (según él):
«Aunque pueda sonar duro y poco político, aquí está el trasfondo: Si usted no quiere recibir un disparo, ser electrocutado, rociado con gas pimienta, golpeado con una macana o arrojado al suelo, solo haga lo que le digo, no discuta conmigo, no me ponga nombres, no me diga que no lo puedo detener, no me diga que soy un cerdo racista, no me amenace con que va a anotar mi placa y me va a demandar. No me diga que es usted quien paga mi sueldo, ni siquiera piense en caminar de manera agresiva hacia mi. La mayoría de las detenciones son por cuestión de minutos ¿qué tan difícil puede ser cooperar por tanto tiempo»
El policía entiende que para nosotros sea aterrador que nos detenga un policía, entiende el enojo y la frustración de ser detenido sin justificación, también sabe que existen policías corruptos y bravucones. Y lo sabe porque trabajó en Asuntos Internos, así que sabe que hay policías que se portan peor que los criminales (y así quiere que nos detengamos con confianza).
Así que la solución que propone es que cada policía utilice una cámara pegada al cuerpo y así no deberíamos tener miedo de correr la misma suerte que el joven Brown, pues podríamos decir que no a que busquen en nuestro coche o nuestra casa sin una orden.
¿Y qué hacer si un policía está violando mis derechos?
La respuesta del oficial: aguántate, después podrás denunciarlo:
«Iniciar una confrontación física es una receta segura para terminar lastimado. Los policías están legalmente autorizados para usar fuerza letal cuando evalúan una seria amenaza hacia su vida o la de alguien más. Guarda tu ira para más tarde y canalízala adecuadamente»
El sistema de justicia estadounidence presupone la inocencia, nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario (en teoría en México es igual, el problema es que en la vida diaria aquí que te arrestan y tú debes demostrar de alguna manera mágica que eres inocente).
«Usted puede presentar una queja con el supervisor o puede ponerse en contacto con las organizaciones de derechos civiles»
¿En serio debo de ir a una ONG?¿Y las insituciones? ¿no deberían protegerme?
«Siéntase libre de demandar a la policía, eso sí ¡nunca desafíe a un oficial durante una detención!»
Según el oficial, la gente tiene una visión muy sesgada de lo que hace un policía, ya que ellos no se arman y van contra el mal como en las películas, sino que tienen los enfrentamientos muy bien planeados y todo el tiempo temen por su vida.
Así que cuando te detienen es porque, tal vez, están buscando a un asesino, así que debemos entender que si hacemos cualquier movimiento en falso se alteren:
«Para mí, cada detención en el tráfico es un encuentro potencialmente peligroso»
Así que son los ciudadanos los que los asustamos, debemos entenderlos.
«Toda persona detenida por un policía debe sentirse segura en vez de sentir que está en peligro. ¿No deberían los miembros de la comunidad extender la misma cortesía a sus oficiales y proyectar que la seguridad del oficial no está amenazada por sus acciones?»
Pues ya saben, la próxima vez que vean a un policía, no le teman, recuerden que (como los animalitos) ellos nos tienen más miedo a nosotros que nosotros a ellos.
**Vía Washington Post