Rompiendo un récord en lo que a reuniones diplomáticas se refiere, el papa Frnacisco y Raúl Castro mantuvieron el día de hoy un encuentro de 55 minutos en el Vaticano. La visita fue “estrictamente privada” y el motivo nada menos que agradecer la intervención del titular de gobierno del Estado Vaticano en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y, por supuesto, afinar detalles sobre la visita de Bergoglio al país socialista, programada para septiembre, justo antes de su paso por la Unión Americana.
Al salir del encuentro, en tono humorístico pero también en un gesto conciliador, Castro aseguró que lee “todos los discursos” del papa y que, “si sigue así”, él mismo regresará a la Iglesia Católica.
“Yo volveré a rezar y regreso a la Iglesia, y no lo digo en broma”.
Ésta, sin embargo, no es la primera vez que Raúl Castro visita el Vaticano. Ya como ministro de Defensa y obvio sustituto de Fidel, el actual presidente cubano se había aventurado al corazón de la iglesia romana en 1997 para encontrarse con Juan Pablo II. En aquella ocasión, el papa Wojtila había pedido “que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”. La apertura por fin tiene lugar y los mandatarios de Estados Unidos y Cuba no han dudado en subrayar repetidamente la labor de Francisco.
“El interés del Vaticano”, señalan fuentes de la secretaría de Estado, “es que a este nuevo momento de concordia, que aún será lento, largo y difícil, se incorporen otros actores importantes de la región; no hay que olvidar que el Papa sigue estando muy preocupado por la situación de Venezuela”.
Tras el histórico encuentro, Castro se ha dirigido al Palacio Chigi, sede del gobierno italiano, para mantener una reunión con Matteo Renzi, primer ministro del país.
“He agradecido al Santo Padre por su contribución al reacercamiento entre Cuba y Estados Unidos”, dijo Castro al final de la audiencia.