En la esquina de Michoacán con Insurgentes, en la Colonia Roma, un grupo de vecinos se ha organizado contra la delincuencia. Esta “policía comunitaria” surgió por el aumento en la frecuencia de robos en el rumbo. Ya realizaron su primer arresto ciudadano.

Un grupo de vecinos conversaba felizmente en la calle cuando vieron en la puerta de este conjunto de departamentos a un tipo realmente sospechoso. “Hablaba por celular y veía nerviosamente hacia todos lados” comenta uno de ellos. Lo reconocieron después de un rato: se trataba de un individuo captado por las cámaras de seguridad que recientemente instalaron en los pasillos del edificio. Él y su banda habían cometido ya crímenes contra su habitantes: robo de cámaras, laptops, efectivo, etc.

Decidieron llamar a la policía para denunciar el asunto, pero como tardaba mucho, decidieron poner manos a la obra. Al puro estilo Miami Vice, comenzaron a correr tras el sospechoso, que como reacción natural ante la amenaza, tocó los timbres de todos los interfones del edificio (tocar timbres: lo que todo mundo hace cuando lo persiguen). Diez minutos duró la cacería: lo persiguieron hasta las inmediaciones de la Condesa. El tipo se cansó, se escondió detrás de un auto en el Parque México y ahí lo pescaron.

Todo mundo se reunió a presenciar el sublime acto de justicia. La patrulla llegó, lo entregaron y el ladrón de 50 años dijo los siguientes versos cínicos:

“Ya me chingué otras dos veces en la cárcel”

Entre dimes y diretes, los vecinos denunciaron el aumento de la delincuencia en ambas colonias. El presunto fue llevado al Ministerio Público, fue revisado y se le encontraron tarjetas de crédito pertenecientes a los vecinos del edificio. Según ellos informan, su modo de operación era tocar las puertas de los departamentos y, si no había reacción, forzar la puerta con una tarjeta, entrar, buscar maletas vacías y meter ahí lo que pudiera. Gracias a las valientes acciones de estos ciudadanos, no cometerá más barbaridades por algún tiempo. Amén y bien ahí.

Los vecinos estaban hartos de la delincuencia: pusieron varias cámaras, compradas en paquetes de 4, cada uno con un costo de 12 mil pesos. Así mismo, se encuentran en proceso de adquisición de armas para defenderse.

La Constitución permite la posesión de armas de fuego calibre 22, 25 y 38 especial, así como escopetas en diversos calibres, ya sea para caza, tiro, o para resguardo del hogar.

Entre la ineficiencia de las autoridades y los vecinos organizados, quizá deberíamos considerar tener más cuidado cuando toquemos timbres.

Vía: El Universal

 

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