En estos días nos enteramos que México es el país que vergonzosamente ostenta el título de la nación más obesa del mundo… algo se tiene que hacer.
Y como con el ejemplo es como se enseña, el presidente Enrique Peña Nieto participó la carrera Molino del Rey, la cual fue organizada –y vigilada- por el Estado Mayor Presidencial.
Por suerte, el mandatario no tuvo que recurrir a las mañas de su correligionario Roberto Madrazo para completar la competencia, la cual superó en 54 minutos y 8 segundos.. Simplemente se bastó de sus bien trabajadas piernas, sus diminutos shorcitos (que agradeció más de una de sus fans) y su camiseta cuyo número presagiaba la conclusión de la carrera… bueno, la verdad es que no fue el primero en llegar, pero llegó.
Aquí las palabras del presidente:
“La verdad es que estaba preparado para correr la de cinco (kilómetros), pero ya animado y picado me aventé los 10”.
Con este evento, el mandatario aprovechó para promover el deporte entre los mexicanos y así quitarnos ese penoso lugar en obesidad que hasta el momento ostenta México.
Obvio que primero quiere hacer lo propio con miembros de su gabinete, los cuales brillaron por su ausencia en el evento deportivo: “Vamos a evaluar su condición física, verdad. Buena ocasión para ver cómo andan”, sentenció EPN.