Una mujer de Oklahoma, Estados Unidos creyó que el teléfono de la policía era algo así como la Profeco gringa, ya que después de darle unas buenas aspiradas a su respectiva metanfetamina, no logró la satisfacción que prometía el producto, por lo que presentó su queja correspondiente.

Engañada por lo reluciente que se ve el cristal en Breaking Bad y ya con varios años de carrera en el difícil mundo de los atascones químicos, Lynette Rae Sampson –de 54 años- no dudó en ponerse en contacto con la policía local, cuando notó que su producto no cumplía con los estándares de calidad.

droga

Como no es muy común que un consumidor se ponga en bandeja de plata, el oficial Jack Morris  se prestó para hacerla un rato de jefe de calidad y acudió al domicilio de la clienta insatisfecha. “Me alegra que haya venido”, dijo Sampson al agente, para luego llevarlo a la cocina, donde guardaba la droga en una lata…

Pues sí, la mujer fue arrestada.

“Cuando crees que ya has visto todo, algo nuevo te sorprende (…) Es triste que las personas que utilizan estos fármacos no se dan cuenta de cómo les afectan”, declaró Morris, luego de la detención.

Mala suerte para doña Sampson, que lo único que quería era calidad por lo que pagó, ahora por andar de exigente podría pasar hasta 10 años en prisión, debido al cargo de posesión de drogas y parafernalia.

*Vía metro.co.uk

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