El fin de semana me rompieron el corazón como a todo seguidor de la selección mexicana. Nos repitieron el famoso “DOS A CERO”, el segundo tiempo del partido fue un paseo de los gringos hacia lo nuestro y por si fuera poco el espíritu competitivo de Donovan poseyó a Pulisic quién nos dejó una notita en su playera al meter el gol del que nunca nos recuperaríamos. Nunca hubo respuesta desde el banquillo y todos nos quedamos tan congelados como el “Tata” cuando su primer cambio fue el “Piojo” Alvarado en el minuto 75, mismo jugador que no fue importante ni en el proceso de selección olímpica, meeeenos en la mayor.

Evidentemente la reacción de la tragicomedia mexicana alrededor del futbol no se dejó esperar y me incluyo. Perder contra el rival de la zona tres veces en menos de seis meses es algo que jamás nos había pasado y las declaraciones del “Tata” minimizando la situación tampoco ayudaron. Así que la chusma enardecida quería/mos la cabeza del “Tata” en ese instante en la plaza principal del pueblo para poder sacar toda nuestra furia.

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Ya han pasado un par de días desde el nuevo “Dous a Cerou” y me puse a pensar si alguna vez la afición mexicana no se ha transformado en chusma enardecida con algún entrenador. Algún mandamás que nos haya dado la confianza y nos haya hecho creer antes, durante y después del mundial y desde el año 2000 la respuesta es: Más o menos.

Desde el 2000 a la fecha han sido nombrados 14 entrenadores para dirigir la selección mexicana, de los cuales 4 han sido interinatos y 10 opciones “serias” o bomberazos para llevar al Tri al “siguiente nivel” (lo que sea que eso signifique). El Tri promedia un entrenador cada año y medio en este nuevo milenio, desde el mundial de Corea en 2002 hasta el mundial de Rusia 2018 sólo han cumplido su ciclo DOS ENTRENADORES: Lavolpe y el engendro del demonio Juan Carlos Osorio.

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Así que como ya sabíamos, pero rara vez nos ponemos a reflexionar el DT del combinado tricolor es moneda de cambio para los federativos, pero sobre todo para nosotros “la bestia insaciable”: la afición. Si mi memoria no me falla sólo nos hemos ilusionado con dos entrenadores durante 21 años. Estos entrenadores responden al nombre de: Ricardo Antonio Lavolpe y Miguel “El Piojo” Herrera.

El argentino “pasó caminando” la eliminatoria y tuvo un 61.03% de efectividad en 71 partidos, incluso pecando de no convocar a Cuauhtémoc Blanco y con sus declaraciones prendemedios. Luego viene Miguel Herrera a quien la afición le dio su bendición junto con la esperanza del mundial porque nos clasificó ganando un repechaje frente a Nueva Zelanda después de un hexagonal desastrozo. La afición se volcó con todo a apoyar a un entrenador que nos metió al mundial ganando dos partidos a un rival HORRIBLE.

Evidentemente con el “Tata” ya llegamos a ese lugar común de “si así vamos a jugar ¿para qué vamos al mundial?”. El sentimiento derrotista y de tirar todo a la basura es bastante normal dentro de un proceso mundialista en la afición porque se nos olvida que es algo bastante normal perder partidos, llegar a sufrir la eliminatoria y que para Brasil 2014 clasificamos gracias a un gol gringo faltando minutos de para terminar el partido.

Estoy lejos de ser defensor de Martino, no me parece para nada un gran técnico, ni alguien que busque hacer cosas distintas. Se me hace un gran reproductor de la medianía y sus declaraciones post partidos lo confirman. Pero con todo y lo que acabo de decir tampoco es el PEOR entrenador que hemos tenido al frente del Tri -siempre podemos traer a Sven, chaviza-.

Así que no se preocupen tanto, seguro vamos al mundial y si el sorteo nos favorece vamos a llegar al mismo lugar de siempre: los benditos octavos de final.

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