El éxito de ROMA ha ocasionado que la gente, o al menos los mexicanos, se encuentren divididos en dos partes: la primera, en aquellos que les da gusto el eco que ha hecho esta producción original de Alfonso Cuarón con ayuda de Netflix, y la otra, aquellos que critican el hecho de que una de sus protagonistas, Yalitza Aparicio, tenga tanto reconocimiento cuando ni siquiera “cumple con los aparentes parámetros de ser actriz”.
Sin embargo, cierto es que las circunstancias, eso que muchos llamamos destino, fue el encargado de tentarla lo suficiente para hacer casting y conseguir un rol que originalmente iba a interpretar su hermana, pero que por cuestiones de la vida, específicamente de un embarazo, le imposibilitaron seguir adelante. Entonces, si Yalitza tuvo un golpe de suerte, si ella quedó dentro de un filme cuya popularidad no estaba programada, ni siquiera considerada de la forma en la que lo está, ¿cuál es el siguiente paso?
Hasta ahora, medios tanto mexicanos como internacionales han reconocido a Yalitza Aparicio al incluirla en sus portadas o bien, como parte de un grupo de actores cuyo éxito está marcado tanto por su talento como por la ya larga trayectoria que tienen. Pero de nueva cuenta, esta mujer, que da vida a una sirvienta y nana de una familia acomodada de la Ciudad de México, ¿cuál es su lugar en todo esto? La respuesta se vislumbra en la nueva portada de Vanity Fair.
Colocada al centro de la imagen, notamos a una mujer indígena con un temple y seguridad de hierro. Ella, a pesar de sus raíces humildes, se ha codeado con personalidades top de Hollywood y hoy, da cátedra de esa misma humildad que todos los mexicanos deberían tener presente en todo momento sin importar si son o no exitosos. Detrás de Yalitza, aparece Rami Malek, un actor cuyo salto a la fama se dio a partir de Mr. Robot, pero que ahora se ha consolidado con su papel como Freddie Mercury en la biopic de Queen, Bohemian Rhapsody.
A sus costados se encuentran otros actores que como mencionamos, tienen una vasta carrera dentro de la actuación o que así como Yalitza, también están dando sus primeros pasos en la actuación y apenas y han salido en filmes que han dado de que hablar en el último año. Algunos de ellos son Elizabeth Debicki —cuyo destape fue en The Night Manager, al lado de Tom Hiddleston y Hugh Laurie—, Chadwick Boseman, que a pesar de haber participado en 11 filmes su éxito fue gracias a Avengers y posteriormente, Black Panther. Saoirse Ronan, cuya habilidad actoral está más que halagada al tener en su carrera tres nominaciones al Oscar a sus 24 años. Timothée Chalamet que alcanzó la cima gracias a Call Me By Your Name y ahora con Beautiful Boy al lado de Steve Carrell.
De igual manera perfila Nicholas Hoult, quien comenzó como parte de Skins y ahora es uno de los actores que más hemos visto en la pantalla grande —su última aparición fue en The Favourite—. O bien, Tessa Thompson —conocida por Westworld—, John David Washington —con apenas seis películas y ahora parte de BlacKkKlansman—; o bien, Henry Golding del filme A Simple Favour, y Regina King, quien está nominada a un premio de la Academia en la categoría a Mejor Actriz de Reparto por la cinta If Beale Street Could Talk, también nominada al Oscar.
Dentro de las entrevistas, algunos actores piden que el cine no muera, que más allá de ver una película en una laptop, lo importante es conservar la esencia. Otros aseguran que es momento de la inclusión, de que exista una equidad en un mundo que ha fomentado los estereotipos y estándares. Y precisamente, dentro de éste último argumento, entran las palabras de Yalitza que pocos mexicanos se atreven a pronunciar por miedo a sonar “racistas” o “malinchistas”: “Aunque mi estancia en este negocio ha sido corto, ha sido un motivo de orgullo y esperanza para muchas personas que ven que alguien como yo —una persona indígena— protagoniza una película de un director ganador de un Oscar. Es un gran cambio para Hollywood“.
Y es cierto, las oportunidades no les llegan a cualquiera pero hay que saber aprovecharlas. A pesar de los estándares de belleza o imagen establecidos, Yalitza ha sido objeto de crítica, halago y escrutinio precisamente por salirse de lo “normal”. Sin embargo, también está la contraparte, aquellos que no parecen en la fotografía pero que la toman, aquellos que se colocan detrás de la cámara para capturar el momento preciso e inmortalizarlo. Alguien que a su manera, también está dejando su huella en Hollywood. Alguien como Emmanuel ‘Chivo’ Lubezki.
Este hombre con una ya larga trayectoria y múltiples trabajos que a sus 54 años lo han hecho merecedor de tres Oscar consecutivos por las cintas The Revenant (2015), Birdman (2014) y Gravity (2013), todos dentro de la categoría de Mejor Fotografía. Previo a estos premios, también obtuvo cinco nominaciones en el mismo rango por The Tree of Life (2011), Niños del Hombre (2006), The New World (2005), Sleepy Hollow (1999) y Princesita (1995). Con estos filmes, Lubezki ha podido trabajar con Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu pero también con Tim Burton y Terrence Malick. Hoy, el famoso director, productor y fotógrafo mexicano es el encargado de retratar a Yalitza, pero también al resto del talento que acompaña la portada de Vanity Fair.
Al inicio de la publicación, se lee lo siguiente: “Esta es la entrega 25ª que esta revista ha dedicado a halagar las ambiciones y personalidades que le dan poder a Hollywood, y lo hemos celebrado con fotografías que se mueven por sí solas. El ganador de tres premios de la Academia, el cineasta Emmanuel ‘Chivo’ Lubezki, creó nuestra portada y un portafolio hecho con una cámara que capturó completamente a los artistas en movimiento; después los editó y los convirtió en imágenes que verán aquí”.
Posteriormente y para concluir, Vanity Fair también hace mención del talento y cómo este se puede encontrar donde sea: “En una era de enormes cambios en la industria cinematográfica. Cada actor aquí tiene una historia única en Hollywood que dice mucho de dónde ha estado el negocio de la actuación y hacia dónde va”.
Si todos los actores tienen una historia que contar, Lubezki también tiene la suya, solo que de él no hay portadas, ni imágenes ni una cita de sus palabras, sino imágenes. Imágenes que dieron la vuelta al mundo gracias al internet, que son bellas por sí solas y que a su manera, también muestran expresiones, rostros y anécdotas. Lo puedes comprobar con estas imágenes:
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