Coyoacán no se parece a ninguna otra alcaldía. Su vasta naturaleza con especies endémicas, sus casonas de otros siglos, sus bares de intelectuales y la presencia omnipresente de Frida y Diego, lo convierten en el candidato perfecto para ser Patrimonio Cultural del Humanidad.
Hay que destacar que no cualquier lugar puede entrar a la selecta lista de la UNESCO, para conseguir este gran título hay que cumplir con al menos 10 parámetros relacionados con la naturaleza y la cultura de una región.
Según las propias palabras de la organización, este sello se le da aquellos lugares del mundo que tienen un valor universal gracias a la importancia de su pasado y su pesente.
Se necesitan espacios en los que las tradiciones culturales estén vivas y coexistan con la difusión de las buenas prácticas en la naturaleza.
Coyoacán, siempre Coyoacán
Recientemente, uno de los grandes promotores de esta iniciativa Alejandro Rojas, Senador de la República, dio una conferencia de prensa para explicar en qué consiste la iniciativa.
El político comentó que “Coyoacán cumple con todos los requisitos de la UNESCO para ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad… por lo que un grupo de vecinos de la alcaldía estamos presentando el documento de intención.”
También se comentó que de los 10 criterios que pide la organización, la alcaldía cumple con seis culturales y cuatro naturales.
Y es que las bellezas de Coyoacán –que incluyen capillas coloniales, un parque kilométrico (viveros) y las fachadas más bonitas de la ciudad– deben de ser difundidas por todo el mundo.
Hay que destacar que la respuesta a la iniciativa se dará hasta el 2025, no obstante ya ha sido mandada y Coyoacán es si duda uno de los postulantes más grandes e importantes.
Breve historia de esta gran alcaldía
Empecemos por el nombre, Coyoacán es una palabra en náhuatl que se puede traducir literalmente como el lugar de los coyotes.
Desde épocas prehispánicas, esta alcaldía fue de gran importancia debido a la inmensidad y la transparencia de sus paisajes.
Por ahí pasaron una buena cantidad de grupos originarios desde colhuas, los tapanecas de Azcapotzalco, hasta los mexicas.
Quizás en estas épocas es difícil imaginarlo, pero durante la Colonia, Coyoacán era un verdadero paraíso natural.
Lleno de manantiales, de flores de todos los colores y hasta especies que sólo se han visto ahí. Por eso fue el sitio escogido por los españoles para alejarse del olor a muerte que había en el centro.
Ahí se instalaron en particular Hernán Cortes y la famosa Malinche. En el corazón de Coyoacán se estableció el primer gran ayuntamiento y fue el lugar escogido por los franciscanos y dominicanos para edificar varias de las primeras iglesias de la ciudad, que hoy siguen en pie.
Por su parte, Coyoacán fue el lugar en donde se libró la famosa Batalla de Churubusco en 1847, contra Estados Unidos.
Entre las arterias empedradas de la alcaldía los mexicanos nos libramos de lo que parecía una gran intervención norteamericana.
Durante muchas décadas Coyoacán no fue más que un pueblito pintoresco alejado de la periferia, pero desde los años 30 se convirtió en el centro del arte de la capital ya que durante esa década, y en los años subsecuentes, el barrio se comenzó a llenar de toda clase de artistas.