Lo que tienes que saber
Cada vez más nutriólogos recomiendan la dieta prehispánica, una opción balanceada y deliciosa.
México es un país rico, en cultura, flora y fauna y por supuesto en tradición culinaria. Esto lo podemos rastrear desde el inicio de los tiempos, cuando vemos qué comían los pueblos originarios. La dieta prehispánica, es hasta nuestros días, un ejemplo de buena nutrición, y una manera de preservar tradiciones sin descuidar el sabor.
Los primeros habitantes de México sabían cómo alimentarse. Según el Código Florentino, escrito por el sacerdote franciscano Bernardino Shagún, la buena gastronomía que había en México era consecuencia de la gran biodiversidad del país. Cuando llegaron los españoles,, encontraron cientos y cientos de jardines, árboles frutales, lagos y una colección interminable de animales endémicos.

Esta enorme riqueza derivó en una dieta nutritivay por demás variada. En todo el país se comía bien y diferente; por ejemplo, en algunos lugares se preparaba pescado, en otros había una gran obsesión por preparar recetas sofisticadas y en algunos pueblos se sacrificaban animales para celebrar rituales. No obstante,
En todos los rincones de México, existía el hábito de balancear los platos. Y es precisamente esta combinación de proteína, carbohidrato y grasas lo que hace que muchos nutriólogos la recomienden entre sus pacientes como una buena inspiración para perder peso y mejorar la salud.
¿Cómo es la dieta prehispánica?
A pesar de no tener los conocimientos sofisticados sobre nutrición que tenemos hoy en día, los primeros pueblos de México tenían una dieta diversa, nutritiva y altamente deliciosa. Su alimentación estaba basada en la enorme cantidad de plantas y animales que hay en el país y sobre todo en la intuición que desde siempre han tenido las y los cocineros en el país.
La base de la alimentación prehispánica se basaba en tres alimentos. Principalmente en el maíz, planta sagrada, originaria de Mesoamérica, que se consumía principalmente en forma de tortilla nixtamalizada, en tamales envueltos en hoja de mazorca y en esas bebidas calientes y espesas que todos conocemos como atole.

En esta triada de alimentos, sobresale el frijol, una semilla popular que se preparaba distinto según la región y que era un buen complemento del maíz. Finalmente, como lo hacemos ahora, los pueblos originarios estaban encantados con el chile, una planta abundante ue se conseguía en varias presentaciones y sazonaba los platos.
Respecto a las verduras, los pueblos prehispánicos tenían una gran variedad y vaya que sabían cómo emplearlas. En el caso de la calabaza,, se usaba literalmente todo, desde la pulpa, las semillas hasta la cáscara que servía como recipiente de cocina. Otros vegetales famosos eran el jitomate rojo, componente principal de s salsas,, y el mágico nopal,, que también se comía como fruta.
Oda a las bebidas e insectos
Por su parte,, la comida precolombinatambién se basaba en los cereales y hierbas para dar sabor. En algunas regiones se comía el amaranto con miel, y usaban el epazote y la hoja santa para que cada receta supiera a gloria.
Es importante aclarar que la dieta prehispánica era parcialmente vegetariana, pero de tanto en tanto, en rituales o días de fiesta,, se comían guajolotes, patos, venados y una buena colección de insectos como el ahuautle, los jumiles o el famoso gusano de maguey.

En lo que se refiere a bebidas, muchos pueblos compartían el ritual pulque u octrli, un brebaje fermentado del aguamiel del maguey. Por su parte, el cacao era considerado la bebida de los dioses; para contrarrestar su sabor amargo, lo preparaban con hojas de magnolia y vainilla..
¿Por qué los nutriólogos recomiendan seguir la dieta prehispánica?
Antes de contarles algunas ventajas de esta dieta, es importante aclara que cualquier cambio en nuestra alimentación debe ser consultado por nuestro nutriólogo de cabecer y hacer un plan en conjunto.
Dicho eso, es importante comentar que los beneficios de esta dieta son muchos. En estudios recientes, como el que hizo la Academia de la Ciencia de Morelos, se ha demostrado que las recetas son balanceadas y son una buena alternativa ante la pandemia de obesidad que vive el mundo.
Con esto en mente, aquí les dejamos algunas maravillas de comer como lo hacían los primeros habitantes de México.
La dieta prehispánica es alta en fibra
La base de maíz y frijol, y el uso de verduras como el nopal,, ayudan a la buena digestión y previenen el estreñimiento.

La dieta prehispánica es rica en vitaminas y antioxidantes
Además de ser delicioso, el chile es una fuente fantástica de vitaminas C y A que, entre otras cosas, ayudan a los huesos y a mantener dientes saludables. Por su parte, frutas como la tuna y el zapote proporcionan antioxidantes que auxilian a las células.

La dieta prehispánica usa superalimentos
La chía, el amaranto y la espirulina, un alga que consumían los aztecas, fortalecen el sistema inmunológico,, lo que sin duda contribuye a combatir toda clase de padecimientos estacionarios. Además,, estos tres ingredientes tienen un alto valor nutricional.

La dieta prehispánica ayuda a controlar el peso
La ingesta de fibra y verduras ayuda a la saciedad; esto le permite al cuerpo no pedir más alimentos de lo necesario. Asimismo, la mezcla de grasas saludables con proteínas y verduras nos permitirá tener una buena salud cardiovascular.

La dieta prehispánica se prepara con ingredientes no procesados
Una de las bellezas de implementar esta dieta es la posibilidad de ir al mercado de la esquina y comprar, para nuestros platillos, frutas y verduras frescas. Esta simple acción genera una cadena virtuosa en la que apoyamos a la agricultura local, evitamos los alimentos sobreprocesados y aprovechamos TODAS las partes de las plantas.


