No cabe duda de que el Planeta Tierra es una maravilla por sí misma. Piensen tan sólo por un momento en cuántas especies de plantas y animales han tenido que evolucionar para poder adaptarse a las duras circunstancias que acompañan a su entorno, convirtiendo así las desventajas de algunos en su mejor arma.
Un gran ejemplo de perfección animal es la majestuosa Pseudocerastes urarachnoides, también conocida como la víbora cola de araña de Irán. Este espécimen tiene un modo muy peculiar de cazar: primero atrae a sus presas con el señuelo que posee en la punta de su cola, haciéndoles pensar que se trata de una araña para finalmente abalanzarse sobre ellas y convertirlas en su cena.
Si quieren ver a este increíble depredador en acción, dejaremos un video para saciar su curiosidad.
En 1968, una expedición de científicos norteamericanos que visitaba Irán se topó con una serpiente que tenía una extraña protuberancia en su cola. Como era la primera vez que veían a un animal con esas características físicas, los estudiosos pensaron que se trataba de una víbora cornuda de campo con un tumor o una extraña malformación. No fue hasta 2003, que el científico Iraní Hamid Bostanchi encontró un segundo ejemplar y lo terminó describiendo como una nueva especie.
Si algo tenemos que decir acerca de está increíble criatura, es que no es la primera especie de serpiente que utiliza su región caudal como un señuelo para atraer animales incautos. Además de la ya conocida víbora de cascabel, también están las víboras de la muerte y las pitones arborícolas verdes, que tienen colas en forma de gusano.
Todas las serpientes que utilizan su cola para simular el movimiento de algún insecto o gusano, entran la categoría de “los señuelos de caudal”. Pero ninguna de las ya mencionadas se compara con la Pseudocerastes urarachnoides, ya que es la única capaz de imitar el movimiento de una araña de una manera tan eficiente.
Con esto podemos concluir que el mundo y sus habitantes jamás dejarán de sorprendernos.