A principios de este siglo, cinco jóvenes neoyorquinos irrumpieron en la escena musical mundial para refrescar al rock y darle una nueva identidad. En 2001, The Strokes estrenaban su aclamado álbum debut, Is This It, y desde entonces nada volvería a ser igual. Tras el arrollador éxito que consiguieron con este disco, era obvio que los fans y la crítica esperaban que la banda comandada por Julian Casablancas sacara de inmediato canciones nuevas y así fue.

El resultado de esto fue Room On Fire de 2003, que aunque le fue de maravilla a nivel ventas y el público lo amo gracias a rolas como “Reptilia”, “Meet Me In The Bathroom” y “12:51”, musicalmente sonaba como si fuera el segundo capítulo de su primer disco. The Strokes había encontrado una fórmula bastante efectiva y eso es algo que no cualquiera puede conseguir, sin embargo estaban a punto de romper con el molde que ellos mismos habían creado. 

Al terminar la gira del álbum –con la que vinieron por primera vez a México–, Julian Casablancas, Fabrizio Moretti, Albert Hammond Jr., Nick Valensi y Nikolai Fraiture se tomaron un descanso y empezaron a cuestionarse cuál sería el siguiente paso para la banda. Sería hasta 2005 cuando volverían a verse cara a cara para entrar al estudio y componer como en los viejos tiempos pero nada volvería a ser igual. 

Para empezar, The Strokes decidieron que trabajarían de nuevo con el productor Gordon Raphael –quien estuvo detrás de sus primeros dos materiales–, aunque además de él utilizarían a una nueva persona que le daría otro sentido a la visión musical de la banda. Junto a Raphael y atrás de las consolas también estuvo David Kahne, que había trabajado con músicos tan diversos como Paul McCartney Tony Bennett y Sublime.

El primer descalabro a la hora de grabar este disco fue que la colaboración entre Gordon y David no resultó. El primero quería que The Strokes continuara el camino que habían dejado con su último álbum, mientras que el segundo buscaba que la banda encontrara un sonido mucho más crudo y rockero. Al final, el productor de Is This It abandonó el proyecto y no volvería a trabajar con los neoyorquinos. 

A lo largo de cuatro meses, Julian y compañía se la pasaron experimentando –a prueba y error– para ver qué era lo que les gustaba y cómo querían sonar. Se inclinaron por hacer un enorme Frankenstein musical donde se atrevieron a mezclar sonidos más poperos como en “You Only Live Once” hasta riffs poderosos como el de “Heart In A Cage” que le tiraban al hard rock. “Juicebox”, el primer sencillo de esta nueva etapa, ya era una declaración de lo que se vendría en el futuro para la banda. 

Aunque tenían ese sentimiento de salir del cajón donde los habían metido y cambiar su sonido, The Strokes también estaban obligados a dar la talla, a no quedar en ridículo, así que eso aumentaba la presión. Después de mezclarlo una y otra vez, el 3 de enero de 2006 por fin salió a la venta en Estados Unidos e Inglaterra el First Impressions of Earth. 

A nivel mundial, significó uno de los fracasos más grandes en su carrera pues apenas logró alcanzar ventas decentes, pero a nivel musical significó un nuevo mundo que más tarde explorarían como banda y con los proyectos en solitario que cada uno de los integrantes crearían en el futuro.

La caída fue tal que la banda no tuvo la confianza para continuar y se tomó un descanso de casi cinco años sin sacar canciones nuevas. Al final, First Impressions of Earth fue un gran ensayo para el futuro de la banda, y en el intento nos regalaron algunas de las rolas en su discografía que se convertirían en clásicos.

Para recordarlo, les tenemos una enorme pregunta que sabemos les quebrará la cabeza y quizá les quite el sueño.

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Me llamo Jesús pero todos me dicen Chucho. Me encanta la música y sé tocar algunos instrumentos, aunque creo que soy mejor escribiendo sobre las bandas que me gustan. Soy fan de los conciertos y festivales,...

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