Hace unos días, Bill Gates advirtió que esto de la pandemia no ha terminado… y nomás para que vean cómo es verdad, ya salió positivo a la enfermedad.
Ayer, mientras casi todo mundo andaba festejando a sus jefecitas, el fundador de Microsoft, Bill Gates, se realizó la prueba diagnóstica del COVID-19… y ¡pum! que da positivo.
Lo anterior lo confirmó el propio Gates, por vía de sus redes sociales.
“He dado positivo por COVID. Estoy experimentando síntomas leves y estoy siguiendo el consejo de los expertos de aislarme hasta que esté saludable nuevamente”, escribió en un hilo de tuits.
Como echándole pedradas a aquellos gobiernos que nomás no aflojan recursos para ayudar a cubrir las necesidades que la pandemia ha impuesto a países pobres, Bill Gates remarcó que, pese a dar positivo a la enfermedad, afortunadamente él ya cuenta con vacunas y refuerzo… además de “tener acceso a pruebas y excelente atención médica”. Cosas a la que millones de personas no tiene chance de obtener.
El contagio de Bill Gates se confirma a casi una semana de que éste se echara unas advertencias sobre la próxima pandemia (porque la habrá) y sobre ésta, de la cual la humanidad no ha salido.
“Todavía estamos en riesgo de que esta pandemia genere una variante que sería aún más transmisiva e incluso más fatal”, alertó Gates en entrevista con el Financial Times. “No es probable, no quiero ser una voz de pesimismo, pero está muy por encima del 5% el riesgo de que ni siquiera hayamos visto lo peor de esta pandemia”.
En dicha entrevista, el fundador de Microsoft lamentó que los gobiernos de los países (sobre todo los más ricachones) ya le hayan dado vuelta a la página del COVID-19 y, ahora, estén centrados en una nueva crisis (la bélica, con el asunto que se traen entre Rusia y Ucrania).
“Me parece descabellado que podamos dejar de mirar esta tragedia y no, en nombre de los ciudadanos del mundo, hacer estas inversiones”, señaló Bill Gates.
De acuerdo con el magnate y filántropo, para evitar una nueva pandemia, los gobiernos del mundo deberían dar más recursos para financiar a la Organización Mundial de la Salud (OMS), así, ésta podría crearse un grupo especializado en la detección de nuevas amenazas y en la coordinación de acciones para detenerlas.