Si bien la brecha salarial es un tema generalizado entre los países que integran la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), en México se acentúa un poco más porque hay otros factores que obstaculizan el desarrollo de las mujeres en el ámbito laboral como la violencia, el acoso y empleo informal, por ejemplo.
Ya con este panorama, resulta evidente que el proceso para derribar la brecha salarial entre hombres y mujeres así como garantizar el desarrollo de las trabajadoras es una tarea difícil, pero tampoco es imposible y debe articularse desde el Estado —como Alemania, país integrante de la OCDE, lo está intentado— y el sector privado.
¿Y en México? Antes de ir con las posibles respuestas para equilibrar los salarios entre hombres y mujeres —o llegar a una paridad salarial—, vale la pena revisar cómo es esta situación para las mujeres mexicanas.
Brecha salarial entre mujeres y hombres en México
En nuestro país, las mujeres ganan en promedio menos que los hombres —y aunque esta diferencia suele ser menor para quienes cuentan con una mejor formación educativa o preparación, la brecha salarial sigue presente.
De hecho, en México las mujeres ganan menos que un hombre a pesar de que su participación en el mercado laboral ha aumentado.
Tan sólo basta saber que desde 2017 y poquito antes de que iniciara la pandemia de COVID-19, la brecha salarial promedio fue de 15%.
O sea, por cada 100 pesos que ganaban los hombres al mes, las mujeres percibían sólo 85 pesos.
Estos datos los pueden checar en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) o la investigación del IMCO ‘Las mujeres no ganan lo mismo que los hombres’.
Otro dato expuesto por el IMCO es que a pesar de que una mujer cuenta con una carrera o estudios de nivel superior, la situación de la brecha salarial sigue sin cambiar.
Desde 2019 y hasta inicios de 2020, las mujeres con nivel educativo de media superior o superior se toparon con una brecha salarial del 15%.
Es decir, las mujeres que contaban con ese nivel educativo ganaban 8 mil 454 pesos mensuales, mientras que el pago para los hombres era de 10 mil pesos.
Por otra parte, las mujeres sin o menos estudios se llevan la por parte. ¿Por qué? La diferencia salarial para las mexicanas que sólo cursaron la primaria fue de 23% y 20% entre quienes no pudieron terminarla.
Empleos formales e informales
Aquí hay otro elemento a considerar: la participación de las mujeres en el sector formal e informal.
De acuerdo con el IMCO, durante el primer trimestre de 2020, el porcentaje de mujeres en empleos formales fue de 43%.
Lo que muestra que hay más mujeres en el sector informal, 57%. Este porcentaje se mantuvo hasta septiembre de 2020, no cambió mucho:
- 47% el sector formal.
- 53% en el informal.
¿Qué hacer?
Poco antes del inicio de la pandemia en México, la Dirección General de la OCDE y el gobierno de AMLO se sentaron a analizar esta situación —que como mencionamos, poco ha cambiado con el paso de los años y a pesar de que existe una mayor participación de las mujeres en el sector laboral.
¿Qué encontraron?, ¿qué dijeron?
Por un lado, la OCDE mencionó que el problema de la brecha salarial se ha generalizado en los países integrantes y, en promedio, las mujeres ganan 14% menos que los hombres.
Sin embargo, en el caso de las mujeres mexicanas —además de esta brecha— deben enfrentar condiciones que las empujan al rezago económico como la violencia, el acoso o la falta de oportunidades educativas y laborales.
En aquella ocasión —enero de 2020— Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reconoció que cerrar la brecha de género es un tema de justicia y crecimiento.
Si México logra ponerse al nivel de países como Argentina y Brasil, 4.3 millones de mujeres se incorporarían al mercado laboral y habría entre un 9 y 8 por ciento en la ocupación.
Esto combinado con salarios competitivos y que incentiven la participación de las mujeres, ayudaría a cerrar la brecha de salarios.
¿Cómo hacerlo real?
De acuerdo con Nadine Gasman, del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), el primer paso sería dar más apoyos a empresas dirigidas por mujeres. Pero además de la participación de las empresas privadas, está el Estado.
Aquí, el IMCO recomendó que el Estado debe implementar iniciativas similares a la Ley de Igualdad en las Remuneraciones de Estados Unidos, que exige a las empresas que tanto hombres y mujeres —que desempeñan las mismas funciones, en el mismo lugar de trabajo— perciban un salario equitativo.
Alemania quiere (por ley) que mujeres dirijan grandes empresas
Además, debe existir un trabajo conjunto entre empresas privadas y —otra vez— el Estado para diseñar políticas que permitan la incorporación de las mujeres al mundo laboral (formal) y con salarios equitativos, dignos.
En Alemania, por ejemplo, se busca aprobar una ley para que las mujeres ocupen altos cargos en las empresas de este país con el objetivo de ir abriendo espacios en sitios que históricamente las han relegado.