Hoy es el Día Internacional del Bullying o acoso escolar, el cual tiene el propósito de concientizar una situación que se ha vivido a lo largo de muchas generaciones entre los jóvenes dentro y fuera de sus escuelas.
Tal vez en otros tiempos no se consideraba un problema tan grande, pero con la llegada de internet y su enorme capacidad para transmitir la información, los casos de abuso se convirtieron en un tema cada vez más serio. Es por eso que hoy vamos a abordar el tema para tener algo de conocimiento de lo que sucede actualmente y la seriedad que ha cobrado.
Diariamente un porcentaje grande de estudiantes sufre distintas formas de hostigamiento e intimidación por parte de sus compañeros. El término “bullying”, que es originario de Estados Unidos, se utiliza para señalar un evento extraordinario en el cual hay ejemplos de violencia en las escuelas; por ejemplo, casos en donde un chico llega a sufrir abusos tanto físicos, como verbales por parte de sus compañeros.
Conducta típica de un agresor
Esta clase de acoso se da por jóvenes que se han criado en un entorno familiar donde no se pone en práctica la empatía -que prácticamente explica la incapacidad de una persona para ponerse en el lugar de individuos que sufren-, por lo que se crea una conducta agresiva e insensible.
Si en un hogar, un niño es enseñado a usar violencia sin medida para solucionar cualquier clase de problema, este lo pondrá en práctica en otros lugares, como la escuela o dentro de un círculo social.
Dentro de las escuelas
Los perpetradores de un abuso buscan el bloqueo social de otros chicos, por lo que tratan de crear una influencia sobre otros estudiantes para marginar y aislar a sus víctimas del resto del grupo social. Una vez que un niño es apartado de los demás, es cuando comienzan los actos de intimidación, hostigamiento, manipulación social y coacción.
El acoso escolar y sus formas de violencia, han comenzado a bloquear el desarrollo de climas de aprendizaje. Según un informe realizado por la Organización para la Cooperación y desarrollo Económicos (OCDE), México tiene el porcentaje más alto de las 33 naciones integrantes, en el número de docentes que reportan que por lo menos una vez por semana, sus estudiantes presentan casos de daño físico causado por la agresión entre alumnos.
Evolución gracias a las redes sociales
Debido a que los jóvenes comienzan a hacer uso temprano de internet y redes sociales, el abuso no cesa al salir de la escuela. Los agresores tratan de aplastar la dignidad de otros niños, mediante fotos y videos en donde muestran numerosos actos que atacan su imagen y reputación ante la sociedad.
Muchos jóvenes no son conscientes del daño que hacen a sus compañeros y de las fuertes consecuencias que pueden llegar a surgir.
Siempre hay consecuencias
En nuestro país, estudios de la UNAM y el IPN han revelado que entre 60 y 70 por ciento de los 26 millones de alumnos de educación básica, han sufrido de acoso escolar. Este es el factor principal de que haya una baja notable en el rendimiento académico de muchos jóvenes.
Pero ese es el caso más simple, ya que en muchas ocasiones, los daños psicológicos por el abuso pueden derivar en problemas mentales como trastorno de estrés postraumático, depresión y en los peores casos, tendencias suicidas.
¿Podemos evitarlo?
Es posible que con la constante intervención en distintos factores, podría crearse una vía para la prevención del acoso escolar.
Tendría que haber educación en las familias para promover un cambio en la mentalidad de los jóvenes en las generaciones venideras. A la vez, se tendría que fortalecer la idea de denunciar cualquier caso de abuso que se llegara a presentar -incluso si no se es víctima de ellos- para una prevención inmediata.
Otra medida que debería tomarse en cuenta, es la de proporcionar la ayuda necesaria a los protagonistas de los casos de acoso escolar. Entre más educación haya con respecto al tema y sus consecuencias, se podrían presentar menos casos de violencia física y verbal.
Todo ser humano tiene derecho a llevar una vida plena y tranquila, sobre todo durante una etapa de educación y formación. La orientación y el cambio están en manos de todos.