Vivimos en México un momento extraño de la pandemia. Poco a poco comienza a descender el número de casos diarios después de lo que fue el pico de una cuarta ola de contagios impulsada por la variante ómicron. A pesar de que no se volvieron a imponer restricciones comerciales en los cambios de semáforos, las rutinas diarias vuelven a normalizarse en lugares públicos: restaurantes, plazas comerciales, estadios, etcétera. El regreso a clases presenciales—ya sin escalonamiento—en el país cada vez más empieza a tomar forma como una realidad. Sin embargo, estos pasitos de estabilización no terminan de hacer a un lado el hecho de que nos encontramos aún frente a una emergencia sanitaria que sigue presente; asimismo, los estragos económicos que se vienen apilando desde hace dos años siguen siendo la constante para una gran mayoría de los mexicanos, particularmente para aquellos que encabezan pequeños negocios.
En nuestro país, de acuerdo a números del INEGI, la gran mayoría de empresas son micro, pequeñas y medianas. Más de 90% de los negocios caen en este rubro, lo que se traduce en que también ofrecen cerca de 70% de los empleos en México. Y buena parte de esas unidades económicas—hasta antes de la pandemia e incluso ahora—dependían demasiado de los transeúntes y las comunidades a su alrededor para sobrevivir. Por ejemplo, durante el primer año de azote del covid-19, tuvieron que cerrar sus puertas cerca de un millón de negocios de este tipo; hacia finales de 2021, se contabilizaban 1.6 millones de desapariciones. En buena medida, la pandemia dejó al descubierto que los procesos de digitalización en el comercio a nivel mundial más que una exquisitez son una verdadera necesidad en el siglo XXI, incluso en países en desarrollo como el nuestro.
Sobrevivir, apenas
En medio de la crisis buena parte de los negocios se movieron al comercio electrónico. Las estimaciones más conservadoras calculan que el e-commerce en México ha crecido anualmente en 80% en 2020 y cerca de 30% en 2021. No sólo a través de aplicaciones, páginas de internet o marketplaces, como Amazon o Mercado Libre. Los emprendedores mexicanos han sacado a relucir su ingenio extendiendo sus canales de venta a redes sociales como Twitter, Instagram y Facebook, e incluso a programas de mensajería como WhatsApp y Telegram. Pero es probable que esta transición no sea suficiente para que los negocios más pequeños puedan sobrevivir los próximos años. Como bien mostró el reporte Las desigualdades matan de Oxfam, durante la emergencia sanitaria los 10 más ricos del planeta duplicaron su lana, mientras 99% empobreció de alguna manera.
No sólo por los confinamientos a nivel mundial, sino por problemas que se han encabalgado, como fallas y escasez en la cadena de suministro internacional.
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Y es que, según cifras del INEGI, alrededor de 86% de los negocios en México vieron afectaciones en su operación a causa de la pandemia; considerablemente, en términos de reducción de ingresos, falta de demanda e insuficiencia de insumos. Se trata de un contexto, por decir lo menos, adverso para los pequeños negocios de nuestro país que, además de tener que balancear todos los problemas que han venido con la emergencia sanitaria, deben competir con las grandes empresas no sólo nacionales sino de todo el mundo, que pueden capotear con más facilidad los retos de un planeta en recuperación.
Los retos de la digitalización
Mucho de lo que ha impulsado la pandemia probablemente se quedará con nosotros en el largo plazo. Particularmente, todo lo relacionado con la transición digital generalizada en nuestras vidas. Aspectos básicos del teletrabajo, de la educación en línea y de los hábitos de consumo que migraron a lo electrónico seguirán siendo la norma en los próximos años. Y son pocos los negocios que se puedan dar el lujo de quedarse afuera de esa digitalización. ¿Pero cómo hacer eso en un país con grandes rezagos en conectividad y bancarización? ¿Cómo se podrán enfrentar los retos que implican mover negocios tradicionales al mundo del internet? Todo esto mientras están a la vuelta de la esquina propuestas de metaversos y usos y abusos de mercados de criptomonedas.
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Ayer, 7 de febrero, durante un evento virtual de la Secretaría de Economía, el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) anunció que uno de los objetivos para este año es la digitalización de al menos 100,000 empresas en México. Para allá camina el mundo, pero estamos lejos de incluso dar los primeros pasos en esa dirección. Los pequeños negocios de nuestro país se encuentran tratando de sobrevivir en medio de una vorágine de problemas. Sin apoyos constantes—por parte del Gobierno y de las comunidades a su alrededor—la digitalización de sus empresas servirá de poco. En el ínter, los que ya son ganadores siguen ganando y las brechas con los rezagados siguen ampliándose.