Ahora sí, ya llegó la hora importante. Entre el 25 y el 28 de octubre, ciudadanos de 538 municipios elegirán en una consulta qué va a pasar con los distintos proyectos de aeropuertos en México.

Ya conociendo cómo va a estar el show organizado por el presidente electo y su equipo, solamente hay de dos sopas. La primera es seguir construyendo el aeropuerto de Texcoco como se tenía planeado. La segunda es construir dos pistas más en la base aérea de Santa Lucía y acondicionar el actual aeropuerto de la CDMX y el de Toluca.

Votar sin conocer a profundidad las opciones ya pasó de moda y andarse peleando en redes sociales con puras fotografías falsas o datos incorrectos, la verdad es que no aporta nada a la conversación.

Entonces, para disipar las dudas y para prepararnos a poner el tache en esta consulta sui géneris, acá te contamos todo lo que necesitas saber sobre el proyecto del aeropuerto en Santa Lucía.

Los puntos a favor

Sale barato

Según el Plan Maestro que hizo Grupo Riobóo —luego hablamos de eso— arreglar el aeropuerto de Santa Lucía tendrá un costo total de 70 mil 342 millones de pesos. En el documento le ponen hasta los 18 centavos, pero no nos vamos a poner tan específicos.

Además, el proyecto asegura que se vana a “ayudar” de concesiones a la iniciativa privada y así, el golpe final para el presupuesto público será de 66 mil millones de pesos.

Según esto, con ese presupuesto, el proyecto completito incluye 31 edificaciones. La construcción contempla el edificio terminal, plataformas, torre de control, estacionamiento y las dos pistas. Es más, también están considerando agrandar un pedazo del Viaducto Bicentenario y del distribuidor vial en Chamapa.

Si esta propuesta gana y se decide hacer el proyecto, hasta hotel le van a poner.

Suena mucho, sí. Es mucho, también. Sin embargo, son migajas comparado con los —más o menos— 14 mil millones de dólares que se está calculando que cuesta la otra opción. De acuerdo a El Economista, es un 26% del costo estimado del NAICM de Texcoco.

Se puede poner en marcha más rápido

En una entrevista con Carmen Aristegui, el ingeniero José María Riobóo aseguraba que el acondicionamiento de la base aérea de Santa Lucía quedaría listo en el 2021.

Básicamente, los argumentos del asesor del presidente electo es que es más fácil hacer este proyecto. Riobóo decía que el terreno es mejor, pues es más duro y que “solo tiene una pequeña capa de arcilla”. Además, aclara que ahí ya existe una pista de concreto. Entonces, técnicamente nos ahorraríamos algunos pasos.

Como comparación, los retrasos han atacado el proyecto de Texcoco. Los analistas dicen que estaría listo —si bien nos va— para el 2022. Mientras tanto, el equipo de López Obrador dice que esperemos sentados pues calculan que el NAIM se terminaría en el 2024.

Tiene menor impacto ambiental

En este punto, lo más importante son los posibles daños ambientales del aeropuerto en Texcoco. Esto, porque de Santa Lucía no sabemos mucho.

El análisis del impacto ambiental del proyecto de Santa Lucía todavía está en desarrollo. O sea, no hay un veredicto final ni un estudio concreto, pero todo parece indicar que los daños en el medio ambiente son menores que la opción del NAICM.

Ya hay un aeropuerto en Santa Lucía y “solo” sería aumentarle las pistas y la infraestructura necesaria. Además, según la investigación de Animal Político, “está más alejado de grandes poblaciones y cuenta con áreas propicias para la compensación ambiental”.

No tendríamos que cerrar el actual y el de Toluca recibiría una manita de gato.

Si se decide construir el aeropuerto de Texcoco, el actual aeropuerto de la CDMX —¡Ya chole! También se llama Benito Juárez— tendría que cerrar sus puertas.

De acuerdo a Claudia Sheinbaum, cerrar el aeropuerto sería terrible. “Yo creo que a la ciudad le afecta mucho que se vaya el aeropuerto (…) son pérdidas de empleo y afectaciones a la ciudad”, decía la jefa de gobierno electa de la Ciudad de México,

Si cierra el aeropuerto actual se “tiraría a la basura” toda la inversión que se juntó para construir, recientemente, la Terminal Dos.

Como si eso fuera poco, igual tendría que desaparecer el dichoso hangar presidencial que nos costó la friolera de mil 182 millones de pesos. Aunque si nos ponemos estrictos, el próximo de la SCT, Jiménez Espriú ya dijo que sin importar la decisión esa magna construcción va para abajo.

¿Y las manitas de gato? Además de armar Santa Lucía, la administración que todavía no llega prometió que habrá una inversión de hasta 5 mil millones de pesos para darle una tuneada memorable al aeropuerto de Toluca y al de la CDMX.

Los puntos en contra

Les cacharon “una mentirita” y su viabilidad está en duda

Si ven la boleta que tendremos que tachar en la consulta, ahí clarito dice que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) “ratificó la viabilidad” del proyecto de Santa Lucía.

Hasta ahí sonaba muy bien, solamente que salió la propia OACI —con una carta dirigida a AMLO— a decir que ellos ni siquiera estudiaron a Santa Lucía como opción y que si querían citarlos sobre el aeropuerto de Santa Lucía que ‘porfitas’ mandaran a hacer un estudio de viabilidad. Ouch.

Después del oso, Jiménez Espriú no se echó para atrás y siguió con la historia de que la OACI los veía como “una fuerte opción”. Ignorando que apenas unas líneas abajo de la frase que tanto cita, la organización internacional dice que “Santa Lucía es claramente insuficiente”.

¿Y qué dicen los estudios? Pues el director del MITRE dice que “aeronáuticamente hablando no es viable”. Según el dictamen técnico —que es de acceso libre el espacio aéreo compartido del Benito Juárez y Santa Lucía nomás no se llevan.

En pocas palabras, todo apunta a que habría interferencia en el flujo de aviones y eso terminaría por causar inseguridad en las operaciones. Además de que restaría capacidad de los dos aeropuertos y elevaría costos.

Los costos de cancelación del NAICM (y no solo es dinero)

López Obrador presentó en agosto un análisis que afirmaba que cancelar el aeropuerto de Texcoco costaría 100 mil millones de pesos. Aunque ese sería solo el principio:

A eso se le sumarían “miles de millones de pesos” —según la SCT en amparos e indemnizaciones. Por ejemplo, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México afirma que tendría que ser indemnizado por 60 mil millones de pesos por quitarles la concesión y otros 60 mil millones por el TUA.

Luego, según El Financieronos caerían cerca de 300 amparos de todas las diferentes empresas que tienen contratos en Texcoco y el equipo de AMLO admitió que los costos de la cancelación se irían directito al presupuesto del 2019.

Además de la cartera, también “dolería” en la reputación. Jiménez Espriú reconocía que cancelar Texcoco “tendría posiblemente un impacto negativo en los mercados financieros”.

La economista Gabriela Siller decía en una entrevista para Dinero en Imagen que los mercados podrían perder la confianza en nuestro país. Siller confirmaba que la Bolsa Mexicana había el tamalazo y la incertidumbre sobre los proyectos de infraestructura mexicanos haría que “las calificadoras nos miraran más de cerca”.

Los personajes y la empresa involucrada

En el “equipo” de Texcoco está Gerardo Ruiz Esparza y eso sería suficiente para desaparecer cualquier confianza en el proyecto. Sin embargo, en el equipo de Santa Lucía la verdad es que no cantan mal las rancheras.

Jiménez Espriú, el futuro de Comunicaciones y Transportes hizo pública la pifia con el dictamen de la OACI y, en lugar de enmendar el error, lo dejó ahí. No ha hecho ningún comentario sobre “usar a modo” los estudios de los especialistas.

El otro tema controvertido ‘empieza con R y termina con iobóo’.

El ingeniero José María Riobóo ha estado en el ojo del huracán desde la campaña presidencial. Lo acusaron de ser el “consentido” de AMLO y ha estado funcionando como uno de los principales asesores en el tema aeroportuario de la futura administración.

En una anécdota personal, “el mejor estructurista” —según el presidente electo— demostró que apenas le está entrando al tema aeronáutico pues se aventó la chulada de decir que “los aviones no pueden chocar porque automáticamente se repelen”.  

La regada en la entrevista todavía se puede quedar en la burla, pero la cosa se puso sospechosa cuando Grupo Riobóo se destapó sin ninguna pena con unos renders del posible aeropuerto de Santa Lucía. Es más, el Plan Maestro del proyecto lo hizo el equipo del ingeniero civil.

Eso sí, en una columna publicada en El Universal, Riobóo aseguraba que no va a participar en la construcción.

¿Y ahora?

Ya con esta información a la mano, EN ESTE LINK te contamos todo lo que necesitas para ir a votar en esta consulta. Desde dónde están las “casillas” hasta lo que está costando el asunto.

Si sigues con las dudas y quieres enterarte de todos los argumentos a favor y en contra del proyecto de Texcoco, le puedes dar click por ACÁ.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

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